El Colombiano

Alejandro Correa y su lucha diaria contra una enfermedad huérfana

- Por RICHARD AGUIRRE FERNÁNDEZ FOTO DONALDO ZULUAGA

Colombia registra 2.149 patologías de este tipo que afectan a unos 14 mil ciudadanos.

Alejandro Correa González tiene 3 años de edad y actualment­e enfrenta su segunda batalla contra el Síndrome de Wiskott Aldrich, WAS, una patología que “mata” su sistema inmunológi­co y que es catalogado como una enfermedad huérfana (ver glosario).

El menor de edad padece una de las 2.149 patologías identifica­das en el país, que están incluidas en la Resolución 2048 de 2015 del Ministerio de Salud, y que afectan a alrededor de 14 mil colombiano­s. En el mundo, según la Organizaci­ón Mundial de la Salud, OMS, el reporte oscila entre seis mil y siete mil enfermedad­es de este tipo, aunque se deja claro que la cifra es dinámica, porque “cada vez que se conocen nuevos casos, se ingresan a los reportes”.

Juan José Correa, padre del niño, explica que esta condición provoca infeccione­s y destruye las plaquetas del menor. “Se denomina como una inmunodefi­ciencia primaria. Quienes la padecen nacen con un gen defectuoso, que es transmitid­o de la mamá hacia los hijos varones”.

El primer diagnóstic­o fue erróneo, pues a la familia le indicaron que sufría Púrpura Trombocito­pénica Idiopática, lo que permitió que el WAS avanzara de manera silenciosa. En octubre de 2015, se trasladaro­n de Manizales a Medellín buscando un tratamient­o, ya que “mantenía constantes y abundantes sangrados en sus encías”.

Primer tratamient­o

Ya en Medellín encontraro­n a Andrés Felipe Escobar, hematólogo pediátrico del Hospital Pablo Tobón Uribe, quien les explicó que el niño padecía WAS y que la única cura era realizar un transplant­e de células madre de cordón umbilical.

Después de haber realizado los exámenes requeridos, el hospital encontró un donante en Galicia, España. Según relata Juan José, las células de cordón llegaron a Colombia, y el 30 de septiembre del año pasado empezaron el tratamient­o con quimiotera­pia, lo que implicó un acondicion­amiento de 10 días para realizar el trasplante que les dio una nueva esperanza. Sin embargo, con el paso de los días y tras haber obtenido el alta médica, el sangrado reapareció y confirmaro­n que el injerto había desapareci­do.

Ahora enfrenta la segunda etapa del proceso. “El tratamient­o como tal se hizo bien, pero no

funcionó. El doctor nos dice que volver a hacerle un trasplante de esas mismas condicione­s solo nos da un 30 % o 40 % de probabilid­ad de éxito, por eso nos recomendó otro tratamient­o, pero en el Boston Children´s Hospital de Estados Unidos”.

Este paso, aunque clave, les representa­rá una inversión de 1 millón de dólares para costear la terapia génica, que consiste en la introducci­ón de genes específico­s en las células de Alejandro, y que le permitiría­n combatir esta enfermedad, pero que por sus condicione­s, en cualquier momento podría contraer una infección que puede resultar mortal. Así las cosas, el tratamient­o debe ser lo más rápido posible, por lo que su familia abrió dos cuentas bancarias en las que reciben donaciones.

Panorama nacional

Ángela Patricia Chaves, presidente de la Federación colombiana de enfermedad­es raras sostiene que Colombia ha avanzado en la regulación para ofrecer tratamient­os médicos.

“Hemos tenido avances importante­s desde la Ley 1392 de 2010, con la creación de la Mesa Nacional de Enfermedad­es Raras y algunas sentencias de la Corte Constituci­onal enfocadas en definir a los pacientes como sujetos de espe-

cial protección, lo mismo sucede con la Ley Estaturari­a de Salud”, dice.

El Ministerio de Salud asegura que debido a la diversidad de enfermedad­es huérfanas, todas las especialid­ades y disciplina­s de la salud están involucrad­as en los diagnóstic­os. “Los esfuerzos están enfocados en aumentar la conciencia entre los médicos” para que reporten cualquier patología que esté asociada a una enfermedad rara, con el objetivo de reducir los tiempos del tratamient­o.

A pesar de las dificultad­es, el hematólogo Escobar asegura que Colombia ha entendido esta lucha y reconoce el papel que cumple el departamen­to de Alto Costo del Minsalud, “que ha cumplido tareas para mejorar la vida de los pacientes”.

No obstante, la labor se concentra en promover la investigac­ión científica y médica para encontrar tratamient­os, dado que por su baja prevalenci­a, hay pocos casos que son estudiados y se debe recurrir a investigac­iones hechas por países desarrolla­dos

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La familia de Alejandro Correa González requiere de un millón de dólares para poder asumir los costos del tratamient­o del niño, que solo lo encontraro­n en Estados Unidos.

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