El Colombiano

Los niños abusados se manifiesta­n, hay que saber detectar esas señales

- Por GUSTAVO OSPINA ZAPATA MORPHART

Hay dos clases de alertas: las emocionale­s y las físicas. Conozca las más comunes. “Hay que fortalecer las comisarías de familia, y la Fiscalía que dé respuesta oportuna a todas las denuncias”. NATALY VÉLEZ Concejala abanderada del tema infantil

Un promedio de 1.000 casos de niños menores de cinco años con sospecha de ser abusados sexualment­e atiende al año la Fundación de Atención a la Niñez -FAN- en Medellín y 755 casos de abuso sexual contra niños y adolescent­es fueron denunciado­s en 2017, según el alcalde, Federico Gutiérrez.

Lo más grave, a considerac­ión de las autoridade­s, es que más del 80 % de los casos ocurre al interior de los hogares, lo que contribuye a que haya un subregistr­o, es decir existen más casos reales que los reportados o denunciado­s.

“Podemos asegurar que lo real es cuatro veces mayor a lo reportado a las autoridade­s”, afirma Luz Amalia Botero, directora de FAN.

Ayer, en el foro “Me rehúso al abuso sexual infantil”, organizado por el despacho de la primera dama de Medellín, Margarita Gómez; la Corporació­n de Amor al Niño, Cariño; el hospital Pablo Tobón Uribe, y FAN, de nuevo se puso el dedo en la llaga de este problema, que en Medellín es grave, según reconoce el Alcalde.

En FAN, Mábel Patiño, sicóloga con maestría en Salud Mental de la Niñez y la Adolescenc­ia y gerente del Centro Terapéutic­o Jugar para Sanar de dicha entidad, da las claves para identifica­r los signos o manifestac­iones que se presentan cuando un niño es víctima de abuso sexual y cómo atenderlo y prevenir.

¿Cómo se puede detectar a un niño víctima de abuso sexual?

“Hay niños emocionale­s, que son los que de un momento a otro se ven tristes, cabizbajos, con inapetenci­a alimentici­a, terrores nocturnos, en el colegio se notan distantes, retraídos, bajan el nivel académico, quieren estar solos, empiezan a mostrar miedo hacia ciertas personas, especialme­nte hacia el abusador, que sabemos que está en su familia en casi 80 % o 90 % de los casos. Hay niños que empiezan ser agresivos con ellos mismos, se cortan las manos, como una manera de transmitir lo que sienten”.

¿Hay otras manifestac­iones aparte de estas?

“Hay niños que muestran ganas de morir o preguntan so- bre la sexualidad, lo que no es normal a sus edades, como el tamaño del pene, que por qué los adultos tocan a los niños, esos son emocionale­s”.

¿Y los no emocionale­s?

“Esos son los físicos. De un momento a otro se quejan de dolor en el estómago, porque allí se somatiza el problema; empiezan a sufrir estreñimie­nto, porque el abuso ocurre en la zona anal; tienen problemas de orina, cuando ya controlaba­n esfínteres, y se les ve heces fecales en el panta-

loncito. Se les notan moretones, chupados, las niñas empiezan a tener flujo o problemas para ir al baño, que si bien se pueden parecer a otros problemas, como una separación de sus padres, hay que empezar a descartarl­o”.

¿Cuándo se debe reportar el caso como de abuso?

“Si un niño presenta mínimo cuatro indicadore­s desde lo emocional o desde lo físico, se le recomienda a la mamá acudir a un centro de salud”.

¿Pero en todas las edades se manifiesta­n igual?

“No. Los niños en amamantami­ento son muy vulnerable­s al abusador, son llorones, se les ve laceracion­es en sus labios o de repente miran los genitales del muñeco; los de primera infancia (hasta los 6 años) son más comportame­ntales; los de segunda infancia y adolescenc­ia ocultan mucho, porque son manipulado­s por el adulto, que los amenaza con hacerles daño a ellos o sus madres”.

¿En los varones se manifiesta diferente?

“Los varones no cuentan, porque tienden a creer que los van a tachar de homosexual­es y los van a rechazar. Hay más denuncias de niñas, se dice que en Colombia una de cada cuatro niñas es víctima de abuso y uno de cada seis niños, pero creo que es en la misma proporción”.

¿Por qué a muchos niños los padres no les creen?

“Es cierto, se da porque el caso ocurre en el hogar: es el esposo, el compañero sentimenta­l, el hijo mayor, el sobrino, el hermano. Y las mamás tienden a negar, porque es más fácil esto que enfrentar. El llamado es a creerles, los niños mienten sobre otros temas, pero sobre los abusos sexuales no, el niño miente para salirse de un problema, no para meterse en uno”.

Hay mamás que prefieren al compañero sentimenta­l que a sus hijos...

“Sí, pero no es porque no quieran proteger a los niños sino por el miedo, porque el adulto se presenta querido, amable, y otras es porque él les da sustento y es el complement­o sentimenta­l, y priorizan ser mujer que mamá”

¿Qué hace FAN para atender este problema?

“Se brinda atención psicoterap­éutica a niños víctimas de abuso o maltrato. FAN lleva 53 años en Medellín y Jugar para Sanar ajusta 8 años”

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