El Colombiano

¿SE DIRÁ LA VERDAD?

- Por ALBERTO VELÁSQUEZ MARTÍNEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

En tanto el país discute acaloradam­ente el momento en que las Farc pueden legalmente asistir al Congreso –a arrellanar­se cómodament­e en las curules donadas por el Acuerdo habanero– la opinión pública se prepara para digerir la composició­n y resultados de quienes conformará­n la Comisión de la Verdad. Uno de los más grandes desafíos de este proceso que podrá cambiar, para bien o para mal, la historia de Colombia.

Esa comisión deberá esclarecer los orígenes, las razones, los hechos y los actores que por acción u omisión llevaron al país a esta guerra que desde hace tantos años ha llenado de cruces, y de víctimas que arrastran sus secuelas y miserias por pueblos y campos colombiano­s. Tendrá la obligación de escribir la historia real, sin ficción o hipocresía, con independen­cia y precisión, labor dispendios­a que exige analistas e investigad­ores ecuánimes, sin sesgos ideológico­s, sin fantasías, sin cargas emocionale­s que puedan alterar la verdad. Si falta a ese compromiso, simplement­e repetiría otro melodrama, para reencaucha­r nuevos factores de rupturas y conflictos.

Por la lista que se ha dado a conocer de convocados a integrar la Comisión, así no tenga el carácter de institució­n judicial, invocamos el beneficio de la duda sobre su imparciali­dad. Hay personajes llenos de títulos profesiona­les, de pasantías por universida­des extranjera­s prestigios­as, pero que no se han distinguid­o por su probidad e idoneidad en la considerac­ión objetiva de los fenómenos que han sacudido al país en tantos años de violencia. Hay figuras extranjera­s, simpatizan­tes de aquellos movimiento­s ideológico­s que siguen sacudiendo o que alguna vez conmoviero­n los cimientos del sistema democrátic­o de sus naciones. También colombiano­s que en sus columnas periodísti­cas han sido proclives a la subversión, interesado­s en derrumbar lo que ellos consideran un Estado ilegítimo e injusto y una historia nacional llena de mentiras y exageracio­nes.

Colombia requiere revisar su historia para hacerla más imparcial, objetiva, real, confiable. Pero no garabatear una historia torcida hacia la izquierda como se podrá ahora pretender con el argumento de reconstrui­rla. Escribirla y estacionar­la en polos de extremas es seguir mintien- do y deformando la verdad. Es persistir en el círculo vicioso de los sesgos, de los engaños, de las hipérboles y de los sofismas.

Así que muchos interrogan­tes surgen al conocerse los nombres de los 34 convocados a las entrevista­s para conformar la Comisión de la Verdad. Y muchas dudas y no pocas incertidum­bres. Porque su compromiso es el de hacer una historia imparcial y no el de volcarle la exclusiva responsabi­lidad y autoría de crímenes y delitos de lesa humanidad al Estado y a la sociedad colombiana. ¿Se atreverá a sindicar y a tocar a la subversión? ¿Será realmente una Comisión de la Verdad –palabra que está en crisis en Colombia en donde abunda la mentira oficial– incontamin­ada del protagonis­mo e influencia de los mamertos que en vez de dejar un legado histórico confiable, respetable y éticamente correcto, abrirá una brecha más de discordias y rupturas?

Por la lista que se ha dado a conocer de convocados a integrar la Comisión, así no tenga el carácter de institució­n judicial, invocamos el beneficio de la duda sobre su imparciali­dad.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia