LA ARQUITECTURA ESCOLAR COMO FUNCIÓN PEDAGÓGICA
Las instituciones educativas abocan la formación pedagógica, social y cultural de los jóvenes que pasan la mayoría de su tiempo allí donde se busca forjar seres humanos éticos, con una mirada crítica que los lleve a cuestionarse por su entorno.
Es de suma importancia que la mágica experiencia de la enseñanza y el aprendizaje abra áreas para una mayor interacción entre el docente y los jóvenes y que esos espacios motiven y alienten al estudiante, generándole amor por ese lugar que propicia experiencias para entender su entorno y a sí mismo.
No se trata de dotar un salón con cuatro paredes, un pizarrón y muchas sillas; es importante un ambiente cómodo, alegre, vivaz, dinámico y activo que genere una experiencia donde todos los sentidos puedan despertase, con experiencias significativas en el proceso formativo.
En entrevista con Semana, el arquitecto estadounidense
Frank Locker destaca la importancia y la influencia de los espacios en el proceso pedagógico, pues no todo se centra en que el profesor brinde conocimiento, sino que tenga en cuenta los puntos de vista de los compañeros, reinventando la dinámica escolar.
Con esta nueva mirada, la arquitectura escolar cumple otras funciones. Frank relieva estos nuevos espacios: “Su experiencia de aprendizaje se transforma completamente. Se vuelven pensadores críticos, ven la relación de lo que aprenden en la escuela con la vida real y están más motivados, van al colegio con gusto. Les gusta hablar en público, debatir, aprenden a colaborar entre ellos y cultivan el más importante componente del éxito en la vida: la inteligencia emocional. Además (…) obtienen mayores puntajes en las pruebas estandarizadas.”
Locker revela que los salones con luz natural mejoran en un 20 % la dinámica pedagógica, elevan resultados en su vida académica y en la adquisición de conocimiento. Cada elemento cuenta y aporta; no se trata de imponer información, sino crear otro tipo de experiencias que abran en los estudiantes miradas más reales y críticas, para que entiendan, cuestionen y problematicen lo que sucede en su día a día, llevándolos a reinventarse a través de la pedagogía misma, única que logrará cultivar un verdadero ser humano. Debe pensarse en crear un lugar diferente, único y divertido, que derive en un cambio significativo dentro y fuera de las instituciones educativas