Hay platos que no son planeados, logran su sabor por accidente.
Para un chef, la cocina es un laboratorio. Al experimentar puede haber accidentes que se vuelven obras de arte.
Solo quedaban las dos últimas tartas de limón en la Ostreria Francescana, el restaurante del italiano
Massimo Bottura. Todo normal, ningún problema, hasta que Taka (Kondo Takaiko), el cocinero asistente, dejo caer una de las tartas, justo la que ya iban a servir. Mitad quedó en la mesa y la otra en el plato.
Quería salir corriendo de la cocina, dijo Taka en el primer capítulo de la serie Chef’s Table. Pensó que lo iban a echar, y en cambio Massimo vio el accidente como una obra de arte: tomaron el relleno de limón y lo esparcieron por el plato, hicieron lo mismo con la otra tarta, para que se viera intencional, y listo: habían creado un nuevo plato, la tarta partidasobre un relleno de limón que luce en el plato como la primera pincelada de una pintura que apenas comienza a crearse en el lienzo.
Entonces le pusieron un nombre, y para la carta: Oops! I dropped the lemon tart (Oops! Se me cayó la torta de limón).
Massimo Bottura es uno de los chefs más famosos del mundo, y el primero en salir en el documental de Netflix. La Osteria Francescana está en el segundo puesto en la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo.
En el capítulo, Bottura cuenta además cómo un terremoto del 20 de mayo de 2012 en la ciudad de Módena, Italia, y que parecía ser la causa del fin de un consorcio de parmessano, se convirtió en la oportunidad para vender en ciudades como Londres, Japón y Nueva York. Los 360 mil quesos que terminaron destruidos para preparar el risotto Riso Cacio e Pepe, una receta que surgió des-
pués de la emergencia.
Porque de los accidentes puede salir el mejor sabor de los platos. Menos graves, pero inspiradores, le contamos la historia de otras cuatro recetas que entre errores y ocurrencias, ahora van a la mesa