CARTA A UN ASESINO
Respetado señor,
Mi intención no es molestar ni mucho menos incomodar, te hago llegar estas palabras con el ánimo de hacerte caer en cuenta de las consecuencias de tus acciones e implorar que la justicia se haga presente, en esta vida o en la que sigue, si tenéis creencia en ello.
Quiero comenzar por aclararte que habéis perpetuado un acto que no amerita piedad alguna. Si habéis sido consciente o no de ello, no es algo que me incumbe en este instante. Aquel acto bárbaro y cobarde que cometisteis asesinando al otro seguirá siendo un reflejo desgraciado de un ser incapaz que eres, que justifica el odio, el enojo, la inconformidad o cualquiera que sea el motivo para arrebatarle lo más preciado que tiene el otro, la vida.
Dejáis con vuestro vergonzoso acto hijos sin padres, padres sin hijos, amistades y allegados sin la esperanza de volverse a encontrar con aquellas almas que partieron sin querer. Veríais que la lista continúa, pero a esta altura basta con concluir que todos sufrimos con el asesinato del otro. Atentamente, Una persona que sufre. En Colombia en lo corrido del año han sido asesinadas 7.739 personas. En Antioquia la cifra es aún más preocupante, son 1.231 casos en donde Medellín encabeza la lista como la principal ciudad donde se presentan estas situaciones.
Las razones habrá que anali- zarlas y combatirlas. Cada vez es más frecuente e insólito escuchar que por actos de intolerancia, se es capaz de acometer el asesinato. A raíz de ello nace la oportunidad de idear soluciones, comenzando por comprender la raíz del problema. Somos seres complejos, llenos de perplejidades e incoherencias en nuestra convivencia con el otro. Sin embargo, y no por ello, podemos justificar la muerte. En esto sí no hay negociación.
Estas palabras en honor a aquellos que han perdido a sus seres queridos a raíz de la violencia. Especialmente la familia que hace unas pocas semanas pasó por esta tragedia. Una familia que llevo en mi alma y de la cual me hicieron y me han hecho sentir parte desde pequeño. La memoria y sus recuerdos, nos llevará a nunca olvidarlos
* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
Dejáis con vuestro vergonzoso acto hijos sin padres, padres sin hijos, amistades y allegados sin la esperanza de volverse a encontrar.