El Colombiano

RELIGIÓN Y ÉTICA

- Por HERNANDO URIBE C., OCD* hernandour­ibe@une.net.co

Religión es la relación de inmediatez de amor del hombre con Dios, relación que por ser dinámica requiere cultivo permanente. La religión como institució­n es una dimensión de la religión.

Juan Pablo II afirma: “Cultura no hay sino una, la humana, la del hombre y para el hombre”. Del mismo modo, religión no hay sino una, la humana, la del hombre y para el hombre. Las religiones son modos de religión.

La ética es el comportami­ento humano. Hago lo que soy, soy lo que hago. Mi ética manifiesta mi religión. La ética, que no es fundamento de nada, se fundamenta en la religión. Soy ético en la medida en que soy religioso. Una buena ética proviene de una buena religión.

San Juan de la Cruz escribió: “Ya por aquí no hay ca- mino, porque para el justo no hay ley, él para sí se es ley”. Justo es el que vive del amor, y tiene, por tanto, en el amor la fuente de inspiració­n de su comportami­ento.

Ser y hacer son dimensione­s distinguib­les, no separables. El ser es la esencia de cada cosa, y el hacer es el modo como el ser se manifiesta. San Agustín lo expresó muy bien: “Ama y haz lo que quieras”. Síntesis admirable de religión y ética. “Si callas, callarás con amor”. Si miras, mirarás con amor.

El hombre es el ser más perfecto de la creación, y existe porque alguien, el Creador, le da la vida. Entre Creador y criatura existe una relación esencial, más determinan­te, cuanto más cultivada.

Si el ateo tiene buen comportami­ento, afirma con sus acciones lo que niega con sus palabras. El pragmatism­o y la soberbia no son buenos consejeros por el horizonte limitado en que se mueven. “Lo esencial es invisible a los ojos. Sólo se ve bien con el corazón”.

Hablamos constantem­ente de ética. Códigos, comisiones, cursos y tratados de ética. Con todo, la corrupción, expresión de la codicia, el dios Dinero, invade el mundo entero por no cultivar la religión. La bondad de corazón le viene al hombre del Creador.

Dios es amor, y por ser amor sale de sí mismo a crear criaturas de amor. Existe reciprocid­ad entre el Creador, el emisor, y la criatura, el receptor. De parte del emisor, la creación es continuame­nte amorosa. De parte de la criatura, requiere cultivo permanente.

Del cultivo de la religión depende la ética. El hombre del siglo XXI será ético, de buen comportami­ento, en la medida en que cultive la religión, la relación de inmediatez de amor con el Creador

La ética es el comportami­ento humano. Hago lo que soy, soy lo que hago. Mi ética manifiesta mi religión. La ética se fundamenta en la religión.

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