Cincuenta años sin quitarse las zapatillas de ballet
Kiril Pikieris y su esposa Leonor fundaron la Academia Ballet de Medellín, que ya suma los años para celebrar bodas de oro.
Una pierna está en el suelo, en punta. La otra, elevada hacia atrás. Entre las dos forman un ángulo de 90 grados. Los brazos estilizados, alargados, uno adelante del tronco, otro detrás. Los hombros rectos y alineados. Esa es la Attitude en ballet. La postura que se atribuye al maestro y coreógrafo italiano Carlo Blasis ( 1803 - 1878), inspirada en la estatua Mercurio del escultor Giovanni de Bologna.
Esa es una de las tantas posiciones que tiene este baile originario de la época del renacimiento italiano y que enamoró a los primeros alumnos de la Academia Ballet de Medellín por allá en 1966. Este lugar de estudio fue fundado por los maestros Kiril Pikieris y Leonor Baquero de Pikieris, en la sede del Instituto de Bellas Artes de Medellín, “con el fin de formar bailarines y perfeccionar sus aptitudes en esta expresión del arte de la danza”, cuentan.
Luego con sede propia siguieron fomentando el amor por este baile y en noviembre de 1967 realizaron su primera función en el Teatro Pablo Tobón Uribe. De esa primera vez se cumplen 50 años. “Recuerdo que bailamos obras pequeñas de operas como Fausto y Sílfides y también incluimos algo del folclor colombiano porque a Kiril le gustaba mucho”, dice Leonor.
Él falleció en 1995. Leonor había asumido la dirección general cuatro años antes. Los logros de la academia son muchos, pero para ella es todo un orgullo que en la calle todavía le griten “maestra” y algún exalumno se acerque para abrazarla. “Es que imagínese tanta gente que ha pasado. Nosotros tuvimos chiquito a Ricardo Bustamante, el bailarín estrella del American Ba- llet. También está mi hijo Yanis Pikieris, medalla de oro de Moscú, y acabamos de recibir la noticia de Gloria Elena Restrepo y su hija Valentina Guerra, a quien tuvimos
muy niña en la academia. Ella acaba de ganarse una beca para el conservatorio de Berlín. Gloria está muy feliz por su hija y nosotros también”, señala Leonor.
Este sábado será el día preciso para celebrar esos 50 años de historia. Será en el Club Campestre, donde habrá una misa, una cena y mucho baile, porque sin baile no es fiesta , y menos en un ballet