El Colombiano

TENGAMOS FE Y OPTIMISMO

- Por RAÚL E. TAMAYO GAVIRIA rtamayo@une.net.co

Mi amigo y jefe Octavio Aris

mendy Posada, gobernador de Antioquia y ministro de Educación, contaba que en un recorrido por el Chocó, llegó a una casita humilde, donde una señora lo esperaba para saludarlo con siete muchachos en fila de mayor a menor.

--¿Cómo le va, doña Térmite? --Muy bien dotó.

--¿Cómo se llaman sus hijos? –Hay pues, este se llama José, este otro se llama José, el que sigue se llama José.

-- Oiga Térmite, ¿Cómo así que todos se llaman igual, y cómo los distingue? --Pues por el apellido dotó. Lo peor de esta época que estamos viviendo los colombiano­s antes del cambio de gobierno que todos anhelamos, es el pesimismo que se respira por todas partes. Las noticias son casi todas malas. Que el Congreso no sirve, que las Cortes tampoco, que el gobierno de Santos nos entregó a la guerrilla, que vamos a ser otra Venezuela. Que los corruptos acabaron con Colombia. Que con todo el dinero de las Farc, nos van a ganar las elecciones. Las redes sociales solo contagian pesimismo y esto es lo peor que nos puede pasar.

“El que no espera vencer, está vencido”, nos enseñaron los viejos.

Los que no estamos de acuerdo con los pactos que firmó en Cuba el presidente Santos con los guerriller­os farianos, a espaldas del pueblo colombiano, debemos recordar que al referendo que debía respaldar el acuerdo, dijimos no y ganamos.

Recordemos que tanto el Congreso, como la Corte Constituci­onal que casi todos atacamos, han hecho cambios muy importante­s a los tales acuerdos de La Habana y a la JEP. La prueba es que ahora son los guerriller­os amnistiado­s los que dicen que no les cumplieron. Todos debemos firmar la petición para que el gobierno cite a un plebiscito para derogar esos acuerdos del todo.

Pensemos en lo ingenuos que son estos “santos” exgenocida­s y narcotrafi­cantes que conservaro­n la sigla de Farc, como su nuevo partido político, para recordarno­s sus crímenes de 55 años, por los que nunca pidieron perdón, ni se han arrepentid­o. Son ellos los que ahora nos están dando papaya. Las estupidece­s de Santrich, la arrogancia de Timochenco y la de Iván Márquez.

Tenemos gente muy buena para remplazar al que nos vendió, tenemos a Alejandro

Ordóñez, ya Marta Lucía Ramírez. El presidente Uribe tiene cinco maravillos­os candidatos y dos más, como son

Luis Alfredo Ramos y Óscar Iván Zuluaga. Como la señora Térmite de Tutunendo, siete hijos con distintos apellidos paternos, pero una sola madre que es Colombia y un Patrón que no nos abandona que es el Señor Jesús.

Cuentan que San Juan XXIII se desvelaba porque a su edad, de setenta y siete años, se había atrevido a convocar el Concilio Vaticano: “¿Yo por qué me metí en esto?” Hasta que se acordó que tenía la ayuda del Espíritu Santo y se dijo: “Él me metió en esto, ahora que me ayude”, y así se durmió. Nosotros tenemos al Corazón de Jesús.

Ñapa: “Los políticos son como los pañales, hay que cambiarlos a menudo, por los mismos motivos”. ( Arthur

Schopenhau­er ) Los colombiano­s sí que tenemos motivos

Lo peor de esta época que estamos viviendo es el pesimismo que se respira por todas partes.

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