El Colombiano

Por una movilidad sostenible

En el Foro ECO movilidad de EL COLOMBIANO quedó claro que se puede mejorar con creces la circulació­n en el Valle de Aburrá. No hay que inventar nada, pero sí acelerar las soluciones.

- ESTEBAN PARÍS

Con urgencia, la movilidad en el Valle de Aburrá debe ser sostenible, quedó en claro en el Foro ECO-movilidad organizado esta semana por EL COLOMBIANO.

La buena noticia es que las soluciones están puestas sobre la mesa y son viables.

El problema de la movilidad metropolit­ana es serio. Solo en 2016 falleciero­n 496 personas, son más de 6.000 en la última década, siendo peatones y ciclistas los que ponen la mayoría de muertos: 227 de 270 que hubo en Medellín, una paradoja en una región que desea impulsar los viajes en bicicleta y a pie.

Moverse por las calles es complicado. Al año ingresan 140.000 vehículos, 386 cada día, que se suman al 1.350.000 que ya circulan.

Para satisfacer la demanda, se necesitarí­an dos kilómetros diarios de nuevas vías e invertir en ellas 4.000 millones de pesos cada día, un imposible en un valle con ocho kilómetros en su parte más ancha.

“Si siguiéramo­s a ese ritmo, tendríamos que irnos todos para que circulen los vehículos”, expresó Viviana Tobón, subdirecto­ra de Movilidad del Área Metropolit­ana.

Un ritmo que, además, no es viable: el modelo de supe- rautopista­s urbanas fracasó en distintas urbes del globo.

La cantidad de vehículos se siente en los viajes. El programa Medellín Cómo Vamos reveló que en 2016, 45 % de los ciudadanos sintió que sus viajes tomaron más tiempo que en 2015, cuando se tuvo la misma percepción frente a 2014. Esto ha incidido en una pérdida del 10 % de usuarios de buses, busetas y colectivos.

Cuatro sectores, Belén, Laureles, El Poblado y Envigado, con 17 % de la población, concentran el 57 % de los vehículos motorizado­s: menos del 20 % usa más de la mitad del espacio disponible.

Aparte de la congestión, se traduce en mayores emisiones contaminan­tes, como el material particulad­o de 2,5 micras, que afecta la salud: el 80 % de estas emisiones provienen de las fuentes móviles.

El panorama es complejo, pero existen soluciones.

El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez anunció que se trabaja en un plan de ciclorruta­s y redes camineras para integrar los ciudadanos a sistemas de transporte masivo.

La meta es construir 65 kilómetros de esas redes y casi 39 de ciclorruta­s. Los convenios ya están firmados y urge acelerar su ejecución.

El llamado del Área es a que las empresas con más de 200 empleados cumplan la ley y creen su plan de movilidad sostenible con autos compartido­s, horarios escalonado­s, biciparque­aderos, duchas y teletrabaj­o. Un cometido que debería ser acogido incluso por las más pequeñas.

Hay que hacer, además, llamativos los sistemas de transporte, entre ellos el de buses, hoy con deficienci­as notorias en frecuencia y operación.

No es un imposible mejorar la movilidad y hacerla sostenible (complement­ada con acciones como un combustibl­e más limpio). Y se debe agregar una estrategia educativa masiva y continua porque el papel del ciudadano es esencial para mejorar la circulació­n en la región.

En el Foro ECO movilidad los ponentes mostraron que es posible actuar y que no hay que inventar. Las soluciones deben derivar en invertir la pirámide de movilidad para que el transporte público masivo, la bicicleta y el desplazami­ento a pie sean los más usados, y el vehículo particular deje de ser el rey de las calles.

En eso la autoridad local está llamada a liderar con decisión esta transforma­ción

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