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El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia lo condenó por cargos de genocidio y crímenes contra la humanidad. Víctimas celebraron el fallo.
Mladic tendrá que pagar por la barbarie en Srebrenica.
El exgeneral serbobosnio Ratko Mladic llegó con una incomprensible cara alegre y saludando a las cámaras, como si se tratara de una personalidad del deporte o la farándula, y como si aquel recinto frío y silencioso en La Haya, Países Bajos, fuera el sitio en el que recibiría un galardón, y no el veredicto ante su infame e infinita barbarie cometida en 1995 en Srebrenica, cuando ordenó asesinar a 8.000 musulmanes.
Se trató de la masacre más grande que presenció Europa tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Aun así, poco hizo entonces la comunidad internacional por prevenirla.
Y si bien llegó al tribunal con una sonrisa de oreja a oreja, como si nada hubiera pasado, ya cuando se iba a leer el vere- dicto, el semblante de Mladic cambió, mientras intentaba interrumpir al juez Alphons Orie.
No obstante, el magistrado del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia ordenó que agentes lo retuvieran y que fuera silenciado: “la acusación imputa dos cargos de genocidio y cinco de crímenes contra la humanidad: enjuiciamiento, asesinato, exterminio, deportación y traslado forza- do. Por haber cometido estos crímenes, la sala condena a Mladic a cadena perpetua”.
Familiares de hijos, padres y hermanos borrados hace 22 años de este mundo por el odio étnico, celebraron con lágrimas de alivio el hecho de que, por lo menos, uno de los mayores responsables tendrá que pagar.
Implicaciones
¿Qué importancia tiene la sentencia para Europa y el globo? EL COLOMBIANO habló con expertos. En opinión de Víctor de Currea-Lugo, docente de la Universidad Nacional, el fallo deja un mensaje de respeto.
“En países como Colombia, se intenta evadir la ley internacional bajo el pretexto de la jurisdicción interna. Los criminales de guerra yugoslavos intentaron argumentar lo mismo, pero no funcionó. No es tan fácil sacarle el cuerpo a la normativa de derechos humanos bajo la argucia de la soberanía”, dijo.
En general, académicos coinciden en que el final del caso aporta para que la región balcánica sane sus heridas.
Enrique Serrano, internacionalista y docente de la Universidad del Rosario, consideró que “con el fallo se pone un simbólico broche final a un capítulo que de todas formas ya empezaba a olvidarse. Pero en general la masacre queda impune, porque ya será muy difícil juzgar a la mayoría de perpetradores. Asimismo, la comunidad internacional no aprendió de su falta de respuesta inmediata (ver recuadro), porque hoy en día se dan hechos similares en el globo y nadie los frena”