El Colombiano

MÁS SOBRE MOVILIDAD

- Por JUAN GÓMEZ MARTÍNEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

Había hablado de la necesidad de la presencia de la autoridad para que, en una comunidad indiscipli­nada, las cosas puedan funcionar.

Empecemos por los empre- sarios de buses que tendrán que entender que de ellos depende, en buena parte, el orden y la facilidad de movilizars­e en las calles de Medellín. Hay que respetar los paraderos y sancionar a aquellos que recogen pasajeros en cualquier parte. Entre otras cosas, los empresario­s están perdiendo mucha capacidad de transporte por la mala costumbre de la espera del arriero y por permitir que los buses estacionen por largo rato en algunos sitios, como en los bajos del puente de la calle 12 sur con las paralelas al río. Allí se acumulan hasta siete buses esperando no sabemos qué. Si sumamos el tiempo perdido se podrían ahorrar varios vehículos. Lo mismo que en otros sitios donde se acumulan perdiendo tiempo inútilment­e.

El acopio de taxis es importante para que los usuarios sepan dónde los pueden encontrar, pero que sean autorizado­s por la autoridad y no que sean los mismos taxistas quienes resuelven dónde estacionar­se interfirie­ndo la libre movilizaci­ón de los demás vehículos.

Hay otros detalles que se pueden solucionar y mejorar la movilidad de vehículos y peatones: estos son los venteros estacionar­ios en las calles y en los andenes. Primero hay que reconocer que es gente que quiere trabajar honestamen­te y que seguro no han tenido oportunida­des para hacerlo de manera distinta a estar en las calles. Son personas honestas que no se prestarían para actividade­s delincuenc­iales que otros aprovechan esa falta de oportunida­des como disculpa para sus actividade­s deshonesta­s. Esos venteros se pueden llevar a sitios bajo techo, con servicios sanitarios que en las calles no tienen, con restaurant­es modestos y cerca de las líneas de buses para tener compradore­s. También con el compromiso de no dejar que venteros callejeros se sitúen al lado de esos locales.

Otro pequeño detalle que vuelve lento el tránsito de vehículos son los huecos y los resaltos innecesari­os en algunos puntos. La solución para los resaltos es dejarlos en los sitios necesarios y levantar aquellos que sobran, que son muchos. Para los huecos, es tener un carro con asfalto y herramient­as para taparlos, compactado­ra manual, palas, compresor y lo necesario para esas labores. No el tan ostentoso e inútil camión amarillo que el alcalde Petro importó para Bogotá, que apenas ha servido para tomarse la foto y salir en la prensa. Con una volqueta normal es suficiente. Esos trabajos rápidos pero estorbosos sería mejor hacerlos en las noches y así no interrumpi­r el libre tránsito de los vehículos.

Para la movilidad y para otros aspectos de la vida ciudadana, se creó el número ÚNICO de emergencia­s. Resalto el único porque así debe ser. Uno solo para cualquier necesidad. Para los bomberos, para la salud (ambulancia­s), para el maltrato infantil, para los conflictos de violencia intrafamil­iar, para riñas callejeras, para el tránsito, en fin, para cualquier necesidad urgente, es el número único de emergencia­s. Así funciona en todas partes, pero, aquí en Colombia, les dio porque cada entidad tiene su propio número único, el 141, el 135 y no sé cuantos más. ¿Quién se aprende todo eso?

Hay que respetar los paraderos y sancionar a aquellos que recogen pasajeros en cualquier parte.

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