DICOTOMÍA ANTIOQUEÑA
Este diario publicó un informe que contiene cifras alarmantes: 36 casos de feminicidio en Antioquia durante el 2016 (la cifra más alta del país) y 50 mujeres asesinadas en Medellín en lo que va de 2017.
La Ciudad de la Eterna Primavera, catalogada por ser la más innovadora del mundo, referente turístico a nivel nacional e internacional y que se enarbola como ejemplo para las demás urbes del país debido a la transformación de un violento pasado a su próspero presente, aún tiene algunas cuentas pendientes con determinados sectores poblacionales que siguen siendo marginados por una sociedad que aparenta ir en las sendas del progreso social y el pensamiento liberal, pero que en el fondo oculta una arraigada ideología conservadora y machista bajo la preponderante verraquera y pujanza que izan los hombres de esta región.
Es una realidad: la mujer paisa ha sido relegada en muchas ocasiones, casi que obligada a posar a la espalda de “su hombre”; de antaño, por los requerimientos que imponían las familias sobre ellas, y hoy en día, por la presión social y las necesidades económicas que, en muchas ocasiones, imperan en estos casos.
Afortunadamente, no todas han corrido este preocupante destino: de este departamento han salido grandes deportistas, modelos, empresarias, líderes, etc. que han dejado en alto a Antioquia e incluso a la misma Nación y demuestran que tanto mujeres como hombres poseen esas característica innatas que los paisas tienen desde los tiempos de gestación de su cultura.
Lo que resulta agobiante es esa abismal desigualdad en donde muchas tienen la oportunidad de tener éxito, mientras otras sufren en medio de condiciones de vida adversas. Resulta imposible tapar el sol con un dedo: la sociedad antioqueña, y en especial aquellos que han crecido bajo los preceptos de igualdad, equidad y respeto, han dado la espada a estas trágicas realidades donde la mujer aún es subvalorada y maltratada.
Así las soluciones a estas complejas situaciones de maltrato hacia la mujer no llegarán de afuera, ni mucho menos, sino que se darán cuando los antioqueños se pregunten qué tienen que hacer para convertir a su pueblo en una verdadera sociedad innovadora desde su comportamiento ciudadano y que permitan una evidente equidad social; sin jactarse, solamente, de innovaciones arquitectónicas y de valores que solo corresponden a unos cuantos