Nacional tiene un futuro incierto
Un proceso que tambalea, cero éxitos en este semestre, hinchas inconformes y tres torneos por delante. A revaluar.
Atlético Nacional, en pleno, salió a respaldar al técnico Juan Manuel Lillo en la conferencia de prensa posterior a la eliminación de los cuartos de final de la Liga Águila-2, en la que cayó por penaltis 3-1 con Deportes Tolima.
El primero en tomar la vocería fue el entrenador de arqueros René Higuita.
“Los muchachos y yo, junto con el Presidente, vinimos por voluntad propia. Acá estamos con él (Lillo) dando la cara. Nuestra presencia es porque hemos compartido de cerca con el profe y vemos a un excelente ser humano y trabajador, un adelantado del fútbol”. Mientras Higuita demostraba respaldo al técnico, en las afueras del Atanasio, los hinchas coreaban: “cuándo se va, cuándo se va, Juan Manuel Lillo de Nacional”.
Esa división podría ser perjudicial para el verde, que el próximo año enfrentará la Copa Libertadores, la Liga y la Copa Águila, con la misión de ser nuevamente protagonista en los tres torneos.
El técnico antioqueño Hugo Gallego, indica que Nacional tiene que volver a empezar. “Acá no puede primar el folclor al creer que trayendo a cualquiera sé es campeón. Se demoraron 27 años para salir campeones de la Copa Libertadores otra vez. Para eso se gastó todo el dinero del mundo, pasaron muchos entrenadores y presidentes”.
Gallego indica que desde la salida de Rueda se evidenciaron problemas internos que, al parecer, no se han solucionado. “En Nacional parece que todos son enemigos de todos. Los dirigentes y los jugadores no le hacen caso a los hinchas y eso no pasa en ningún otro equipo del mundo. Los futbolistas no pueden ser los que escojan los técnicos”.
El técnico Pedro Sarmiento cree que el rumbo sí se puede enderezar en la medida en que contraten bien y se tengan buenos jugadores.
“Si hace eso puede volver a ser protagonista y pelear los tres títulos, pero necesita un plantel más amplio, porque este semestre fue corto en número y calidad. Careció de buenos laterales y los extremos no rindieron de la mejor manera”.
Así que los primeros golpes de opinión los tendrán que dar los directivos para calmar los ánimos y el entorno