El que diga la encuesta uribista
La selección de candidatos a cualquier cargo de elección popular es una de las funciones más importantes asignadas a los partidos políticos. De acuerdo con los mecanismos que use cada colectividad, y de otros factores internos al partido o exógenos a él, se puede determinar qué tan democráticamente se designa el personal político que participará en las elecciones. El partido Centro Democrático ha decidido definir su candidato a las elecciones presidenciales por un sistema de encuestas que están siendo aplicadas tanto a sus afiliados como a un público más amplio que no tiene esa condición. Es una especie de reality donde cada semana se van eliminando concursantes y al final quedan tres, entre los que ganará aquel que saque más del doble de margen de error de diferencia sobre el segundo. Si esto no ocurre se eliminará al que ocupe el tercer lugar y se hará una encuesta final entre los dos que queden para decidir el ganador. Sin duda, se trata de un mecanismo conocido y ya aplicado en el país (la encuesta) combinado con una dosis de generación de expectativa propia de los realities. Sin embargo, y pese a que las reglas parecen claras, queda al menos un interrogante. Aunque cada partido está en el derecho de hacerlo, parece al menos extraño que no se hagan públicos los resultados de las encuestas. Digo oficialmente, porque se han filtrado los datos gruesos de la primera encuesta. Si todo parece tan transparente sería interesante que el uribismo publicara la ficha técnica y los resultados de forma detallada. También se tiene en secreto el nombre de los garantes del proceso, la manera en que fueron escogidos y quien los eligió. En un partido político con un carácter tan personalista, parece necesario guardar algo de sigilo y dejar un margen de maniobra para que el líder, si lo requiere, actué a conveniencia.