El valor de un porqué para concretar nuevos negocios
El británico Peter Docker dio claves de un liderazgo sencillo y práctico, ante cerca de 1.000 líderes empresariales reunidos en Plaza Mayor, en el Wobi.
Que una empresa tenga claro el propósito de los productos y servicios que lanza al mercado es punto de partida para tener éxito en el mediano y largo plazo.
Es la manera en que las empresas responden de forma sencilla al porqué de lo que hacen. Si en eso hay claridad, seguramente se generará lealtad y confianza entre los clientes. El problema es que muchas empresas no están en capacidad de responder fácilmente a esa pregunta sencilla, cuestionó Peter Docker, consultor en liderazgo y excomandante de la fuerza área británica.
Docker participó ayer en la primera jornada del World of Business Ideas (Wobi), evento de liderazgo que se realiza en Medellín hasta hoy y que reúne a 1.000 empresarios en Plaza Mayor, quienes acudieron para escuchar recomendaciones de expertos internacionales en la transformación organizacional.
“Cada compañía debe pensar así, con ese porqué y no hay discusión al respecto. Esta regla aplica para todos los sectores económicos, por ejemplo bancos, constructoras, incluso para innovadores y emprendedores de Medellín”, le contó a EL COLOMBIANO.
Docker manifestó que la gente no compra productos porque sí, si no por el sentido de un porqué, es decir, es el concepto frente a una marca que los inspira y genera experiencias. Así hay ejemplos como Apple o la aerolínea Virgin, compañías que generan sentido de pertenencia entre los consumidores, independiente del producto.
“Cada que monto en un avión de Virgin me sale una sonrisa, porque Richard Branson (su fundador) hace que todo sea más divertido. Además, contagia a los miembros de la organización”, resaltó el británico. Por eso, la meta no es contratar a personas que necesiten empleo sino que crean en lo que quiere hacer la empresa, su razón de ser.
Es por esto que Docker publicó recientemente el libro Find your Why (Encuentra tu porqué), en el que detalla otras herramientas como aprender a pensar de derecha a izquierda, es decir, resolver desafíos con una mirada de atrás hacia adelante, con un presente declarado.
Hay ejemplos como el presidente de EE. UU., John F. Kennedy, quien tuvo convicción para anunciar en su momento que el hombre iba a estar en la luna y regresaría de manera segura. Estaba claro en eso, tenía un propósito definido y así ocurrió.
O el caso de personas que logran sobreponerse a un accidente, porque desde un principio se fijan en cómo se recuperarán hasta que alcanzan la meta.
Otra clave es el denominado liderazgo adaptativo, que privilegia el rol del líder en una organización por encima de la gestión, es decir, aquel ejecutivo que refleja un propósito, genera confianza en su equipo de trabajo, no se queda en una posición de poder frente al otro, una suerte de persuasión.
En este aspecto es fundamental la capacidad de delegar, permitir a los colaboradores que se desarrollen como personas (ver Paréntesis).
De ahí parte otra recomendación dada a los líderes antioqueños y es la que tiene que ver con las buenas relaciones interpersonales. “Si
las cosas no están
funcionando en este aspecto hay que revisarlo. Leonardo Da Vinci decía que la mejor sofistificación es la forma sencilla en que se hacen las cosas”, recordó Docker.
El experto británico dijo a los presentes que ellos son hombres de negocios que saben ver los números, pero deben abrir los ojos para responder al porqué del negocio, y máxime si quieren innovar.
De esta manera, tiene coherencia con lo que dijo a su turno el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien durante la instalación del evento recalcó el propósito de Medellín de llegar al 3 % del producto interno bruto (PIB) en inversión de ciencia, tecnología e innovación al 2021. Por ahora está en el 1,82 %