El Colombiano

SUMAS Y RESTAS DEL HACINAMIEN­TO

- Por MARIA ALEJANDRA BOTERO H. Universida­d Pontificia Bolivarian­a Facultad de Com. Social, 7° semestre mariaaleja­ndra.botero@upb.edu.co

Colombia tiene un cupo carcelario de 79.353 personas. Según el Instituto Nacional Penitencia­rio y Carcelario (INPEC), aproximada­mente 176.024 individuos están privados de la libertad. De la anterior cifra, 78.461 ya están condenados y los otros miles que sobran son sindicados, es decir, aquellos que aún no han recibido una sentencia.

El hacinamien­to no es un tema actual en Colombia, pero como no se le paró muchas bolas al principio, se convirtió en un problema. Según una gráfica del portal Razón Pública, en 1990 era del 14 %, para 1995 bajó al 10 %, pero de ahí en adelante ese porcentaje, como una palmera, empezó a subir.

Vivir en estas condicione­s ciertament­e va en contra de algunos derechos humanos, por ejemplo, a una vida digna. Y es que qué digno va a vivir alguien que debe dormir en un pasillo, con otras tantas personas más encima, porque la celdas no alcanzan y las que hay están colapsadas. Esto nos lleva a dos derechos más que se vulneran. El primero de ellos, gozar de un ambiente sano (Art. 79).

El otro es el derecho a la intimidad (Art. 15). Obviamente este derecho se ve limitado para un preso, a menos que su capacidad adquisitiv­a sea tan alta que le permita celda individual, cama doble, celular, TV, computador, hamburgues­as y una que otra fiestecita. Sí, esto es Colombia.

Por cada cupo que se crea o libera en un centro penitencia­rio, llegan tres reclusos más, o sea que sería un pro- blema de nunca acabar. Si revisamos las cifras del principio, nos damos cuenta que el hacinamien­to está representa­do en sindicados – no en condenados–, esto no pasaría si los procesos legales en el país fueran oportunos. Sigamos restando derechos, en este caso, el debido proceso.

La Ley 1709 del 2014 –una posible solución para muchos–, permitió que 43.079 ciudadanos quedaron en liber- tad Pero no, el hacinamien­to en Colombia está muy por encima de esa cifra.

Un penal construido para 800 personas, tiene más de 5.400 internos, o sea un hacinamien­to casi del 300 %. Este es el caso de Bellavista en Bello. El peor caso está en Riohacha, el hacinamien­to es del 452 %.

Por el momento, el Gobierno promete más de 4.000 cupos nuevos y la construcci­ón de tres centros penitencia­rios más, uno de ellos en Riohacha. Amanecerá y veremos

Por cada cupo que se crea o libera en un centro penitencia­rio, llegan tres reclusos más.

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