Caficultura más próspera
La recuperación de la caficultura ha significado mejoras productivas y económicas. En su Congreso, los cafeteros, con una visión contemporánea, definieron la hoja de ruta para un futuro más próspero.
En la ciudad de Manizales se celebró el 85º Congreso Nacional Cafetero, evento que por primera vez se realiza por fuera de Bogotá gracias al cambio adoptado, no hace mucho, en los estatutos del gremio.
La recuperación productiva y económica que durante los últimos años se ha dado en la actividad cafetera ha generado entre los productores del grano una visión más optimista sobre el futuro de la misma.
Los mejores precios externos, una tasa de cambio más favorable y la creciente renovación de los cafetales han permitido hacer del cultivo una actividad rentable, hecho que se ha manifestado en el aumento de la producción (este año se espera cerrar con una cosecha de 14 millones de sacos) y en una participación, en el mercado cafetero mundial, del 12 por ciento.
En el Congreso, los caficultores se fijaron una serie de retos para contar con una actividad más productiva, competitiva, rentable y sostenible. Esto deberá redundar en el mejoramiento de los ingresos y las condiciones de vida de los productores y sus familias.
De ser así, el café se mantendrá como el motor de desarrollo de vastas zonas rurales del país y continuará con el creciente aporte al creci- miento del sector agropecuario y del PIB general.
El principal reto que se ha puesto el gremio cafetero es aumentar la productividad del cultivo de 18 sacos por hectárea a 22 en los próximos años.
Los cafeteros son conscientes de que, en un mundo globalizado, altamente competido y en permanente cambio, se necesita fortalecer la capacidad productiva e innovadora. Atrás deben quedar los subsidios y los apoyos y se deben imponer los avances permanentes en materia de investigación, tecnología e innovación.
De allí que el gremio tenga en Cenicafé un puntal esencial para enfrentar con éxito los desafíos que se tienen por delante.
La generación de nuevas variedades más productivas y resistentes a diversas enfermedades, la concreción de so- luciones tecnológicas a la recolección asistida mecánicamente y el desarrollo y la aplicación de prácticas sostenibles del cultivo son algunas de las tareas que debe adelantar el Centro de Investigación.
De otra parte, el Programa de renovación de cafetales deberá mantenerse. La meta que se ha fijado el gremio conjuntamente con el Gobierno es la de renovar 100.000 hectáreas por año para así alcanzar, en 2024, una cosecha de 17 millones de sacos.
En el Congreso Cafetero, el Gobierno, en cabeza del presidente de la República, Juan Manuel Santos, anunció que se van a dejar asegurados (mediante vigencias futuras) los recursos públicos para financiar la renovación. Sin embargo, las autoridades gubernamentales dejaron en claro que dicha financiación requiere de los aportes adicionales del gremio y de los propios productores.
Alcanzar la meta de las 100.000 hectáreas renovadas va a requerir redoblar esfuerzos y revisar el mecanismo de incentivos vigentes pues en 2017 solo se renovaron 70.000 hectáreas.
De otra parte, los productores son conscientes de la importancia que, hacia el futuro, tiene el servicio de extensión del gremio (que deberá ampliar su cobertura y fortalecer la calidad) y el Plan 100-100 para que, en 2027, la producción sea ciento por ciento sostenible.
En su Congreso, los cafeteros manifestaron el interés de enfrentar los retos de la caficultura basados en la innovación y en “una nueva mentalidad y cultura empresarial”. Los éxitos del pasado auguran la concreción de estos propósitos