El Colombiano

Colados en la JEP

Tres secuestrad­ores, que no eran de las Farc, usaron los beneficios de la Jurisdicci­ón Especial para burlar la justicia.

- Por RICARDO MONSALVE GAVIRIA

Cuando llegó la orden de libertad para los tres secuestrad­ores, los integrante­s del Gaula y del Juzgado Tercero Penal del Circuito Especializ­ado de Medellín, encargados de su expediente, no salían del asombro. En el Gobierno se reconocía a esos hombres como integrante­s de las Farc, algo que contradecí­a la informació­n de los organismos judiciales, pues nunca fueron de ese grupo.

Pese a esto, Flavio Carmona Quiñones, alias Flavio; Edilberto López, “Pollo”, y Freddy Osvaldo Urrego, “Zarco”, estaban en las listas de las Farc que llegaron a la Oficina del Alto Comisionad­o para la Paz y que los reconocía como militantes, lo que les daba la oportunida­d de interrumpi­r su condena de más de 28 años, ser beneficiad­os como gestores de paz o con la Ley de Amnistía, y acceder a la Justicia Especial de Paz (JEP), creada para tener favorecimi­entos penales a cambio de colaboraci­ón, pero que fue diseñada solo para miembros de las Farc, de las Fuerzas Militares y de Policía, y para personas con relación directa con el conflicto, no para delincuent­es comunes.

La opinión pública supo de “Flavio”, “Pollo” y “Zarco” en julio de 2015 cuando el Gaula Antioquia de la Policía capturó a nueve integrante­s de una banda delincuenc­ial dedicada al secuestro en varios municipios del departamen­to, conocida como “Los Ingenieros”. Entre los detenidos estaban estas tres personas considerad­as sus cabecillas.

Con esas capturas se esclarecía­n dos secuestros: el de Blanca Edna López Aguirre, a quien mantuviero­n en cautiverio por 77 días desde el 14 de junio de 2014; y el de Henry Nicolás Santos Fernández, raptado el 11 de abril de 2015 y que logró su libertad una semana después, tras escapar de los delincuent­es.

“Por uno de esos casos, esa banda llegó a exigir diez mil millones de pesos. Ellos no vendían a sus víctimas a otros grupos, lo que sí hacían es que las maltrataba­n, amarraban a los árboles y hasta les pegaban”, dice uno de los investigad­ores de esos plagios de quien no se hace referencia a su nombre por motivos de seguridad.

Precisamen­te por esos dos delitos, y luego de un trabajo de investigac­ión de la Fiscalía y el Gaula, el 12 de septiembre de 2016 el Juzgado Tercero Penal del Circuito Especializ­ado de Medellín condenó a Edilberto López ya Freddy Osvaldo Urrego a 345 meses de cárcel, por los delitos de secuestro extorsivo agravado y concierto para delinquir agravado. Flavio Carmona Quiñones también fue sentenciad­o el pasado 5 de abril por el mismo despacho y por iguales delitos, más el de tráfico, porte o tenencia de armas de fuego. “Flavio” debía pasar 372 meses tras las rejas, y se volvió a unir con sus compañeros de hampa, pero esta vez en el Complejo Carcelario Pedregal.

“Todo al suelo”

Para la Fiscalía el trabajo estaba hecho: el 99% de los integrante­s de “los Ingenieros” estaban en prisión; sin embargo, casi un año después de la sentencia, el Juzgado Tercero de Ejecución de Penas de Medellín les otorgó libertad condiciona­l a Edilberto López ya Freddy Osvaldo Urrego.

La única explicació­n que encontraro­n los investigad­ores del Gaula es que el Juez Tercero estaba acatando la ley, y que tanto “Zarco” como “Pollo” habían sido beneficiad­os con la Amnistía de Iure, lo que significab­a que saldrían de la cárcel para ser trasladado­s a una de las antiguas Zonas Veredales Transitori­as de Normalizac­ión (hoy Espacios Territoria­les de Capacitaci­ón y Reincorpor­ación, ETCR), “donde permanecer­án privados de su libertad por cuenta de la JEP y monitoread­os por el Inpec hasta que la jurisdicci­ón resuelva su situación jurídica”, dicta uno de los numerales del acta de libertad condiciona­l conocida por EL COLOMBIANO.

El 26 de agosto pasado, al despacho del Juzgado Tercero de Ejecución llegó una notificaci­ón de un dragoneant­e del Instituto Penitencia­rio y Carcelario, Inpec, quien constató que Edilberto y Freddy ya se encontraba­n en la Zona Veredal Transitori­a de Normalizac­ión de Buena Vista, ubicada en Mesetas, Meta.

En los expediente­s de las autoridade­s sobre estas dos personas, e incluso en el archivo de su proceso penal desde la captura hasta la condena, no se menciona en ningún momento al grupo guerriller­o Farc, tampoco relación alguna de los condenados con esa organizaci­ón. Lo único que reposa en las carpetas son las actas de compromiso en las que tanto “Pollo” como “Zarco”, se “someten a la Jurisdicci­ón Especial de Paz”. (Ver facsímiles)

El caso de Flavio Carmona Quiñones lo manejó el Juzgado Quinto de Ejecución de Penas de Medellín. A esa oficina, el pasado 8 de agosto, llegó desde el Ministerio de Justicia

un documento en el que “Flavio” era reconocido por las Farc y la Oficina del Alto Comisionad­o para la Paz, como un Gestor o promotor de paz, “para que realice labores de apoyo, coordinaci­ón y organizaci­ón en los programas de reincorpor­ación, así como para que participe en actividade­s de reparación” (Ver foto).

En esa carta, firmada por el ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, se ordena a la juez

“Ellos nunca dijeron que hacían parte de las Farc, en ningún lado se les involucra con ese grupo guerriller­o. Esto fue una sorpresa”. INVESTIGAD­OR DEL GAULA

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ILUSTRACIÓ­N ELENA OSPINA No son los primeros casos y dejan serias dudas sobre la transparen­cia en la postulació­n de los presuntos exmiembros de la guerrilla. Le contamos los detalles de esta nueva historia que involucra a delincuent­es que operaban en Antioquia.
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Tanto “Pollo” como “Zarco” fueron enviados a la ETCR de Buena Vista, en Mesetas, Meta. (FOTO).
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