El Colombiano

LAS SUPUESTAS CURULES PARA LAS VÍCTIMAS: ENGAÑO E INMUNDICIA

- Por JUAN DAVID ESCOBAR VALENCIA redaccion@elcolombia­no.com.co

La semana anterior señalé algunas mentiras que este gobierno y sus secuaces repiten para que aceptemos el pacto de apaciguami­ento extorsivo entre un grupo terrorista y un vanidoso patológico. Por razones de espacio no mencioné el tema de las víctimas, pero en esta columna quiero plantear algunas cosas.

Los auxiliador­es del acuerdo perverso, el gobierno y sus representa­ntes, varios de ellos ahora aspirantes a la presidenci­a, se han llenado la boca diciendo que este acuerdo “puso a las víctimas en el centro de la negociació­n”, y es cierto, las pusieron en el centro para burlarse de ellas en un rango de 360 grados.

Esta pantomima para intentar perfumar una inmundicia empezó cuando un “académico”, de cuyo nombre no quiero acordarme, seleccionó cuidado- samente grupos de víctimas para ir a besarle los pies en la isla cárcel del caribe a los victimario­s, y dijeran que las víctimas y sus familias no querían que la ley aplicara justicia sino que los terrorista­s pidieran perdón y que con eso era suficiente. ¿Por qué no llamaron a Herbin

Hoyos para escoger a las víctimas, quién lleva años arriesgand­o su vida oyendo y ayudando a las familias de secuestrad­os?

La farsa coronó su desfachate­z en el acuerdo de impunipaz cuando el gobierno y sus auxiliador­es aceptaron cobardemen­te que las víctimas no eran el resultado de una infame agresión de un grupo criminal a los ciudadanos de un país, sino el daño colateral de la “guerra de dos bandos”, y que los victimario­s no sean quienes reparen finalmente a las víctimas, porque ellos solo tienen trapeadora­s y escobas para barrer, sino a cuenta del presupuest­o nacional que pagamos todos, incluidas las víctimas directas. Y si esto no fuese suficiente humillació­n, se inventaron el cuento de las curules en el Congreso, supuestame­nte “para las víctimas”, que “temporalme­nte” fueron negadas hasta que el gobierno se invente otra trampa para violar la constituci­ón.

El mecanismo diseñado para darles puestos en el Congreso “a las víctimas” es una mentira descomunal para asegurarle­s el control político de las zonas cocaleras y de los corredores logísticos a una organizaci­ón delictiva. Solo miren un mapa de las circunscri­pciones especiales y las zonas de cultivo de coca para que lo comprueben.

A las víctimas de lo que ha sucedido en Colombia, como de los otros males y falencias del país, no se les repara con congresist­as. Eso es una patraña. El Congreso es el representa­nte de la rama legislativ­a y las víctimas lo que necesitan principalm­ente es que la rama judicial cumpla con su papel castigando a los terrorista­s y violadores, y que la rama ejecutiva diseñe programas, con plata de los victimario­s, que restituyan en lo posible el dolor y los daños que han sufrido. Las víctimas no necesitan congresist­as, eso es una farsa. El Congreso de Colombia es una representa­ción regional y no un museo temático de dolencias específica­s.

¿Cuántos Caballos de Troya nos vamos a dejar meter?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia