Andrés Ricaurte llega a reforzar la creación en el Medellín.
El volante zurdo, que tuvo gran campaña el semestre pasado con el Huila, fue oficializado como refuerzo escarlata.
Lo que se hereda no se hurta. Una muestra de esa apreciación es Andrés Ricaurte, quien a sus 26 años de edad desbordó calidad y elegancia con el Huila este semestre, y ayer fue anunciado como el segundo refuerzo de Independiente Medellín para 2018, después de Andrés Mosquera Marmolejo.
Su padre es Carlos Ricaurte, un elegante volante que jugó en los dos equipos grandes de Antioquia a finales de los 70 y principios de los 80.
Andrés, que es admirador del argentino Juan Román Riquelme, anotó su primer gol como profesional el 10 de noviembre de 2012 cuando actuaba para las Águilas de Itagüí ( hoy Rionegro) en un triunfo 3-2 sobre el Huila, precisamente el equipo del que llega procedente al rojo.
Siempre ha dicho que de su padre le hubiera gustado heredar la velocidad, característica que intenta compensar con rapidez mental.
“Él era muy rápido. Eso me gustaba mucho, y a mí me hace falta porque la velocidad física es muy importante”. Así hablaba hace cinco años y hoy ha mejorado mucho en ese aspecto, lo que lo hace un jugador más completo.
Al experimentar momentos difíciles recuerda unas pa-
labras de Leonel Álvarez, cuando lo dirigió en Itagüí: “Con esfuerzo y trabajo uno puede llegar alto, si no mire hasta donde he llegado yo”.
Cuando debutó en el fútbol profesional tuvo a compañeros experimentados que siempre lo aconsejaron, como el portero Róbinson Zapata, el defensor Samuel Vanegas, el volante John Javier Choronta Restrepo y el peruano Johan Fano, que veían en él a un talentoso con mucho por entregarle al fútbol colombiano.
En aquel entonces, Andrés manifestaba que en lo que más le insistían era en que no tuviera miedo de encarar a los rivales, que hiciera valer la calidad que tenía y que se soltara en la cancha.
Después de su experiencia en Águilas, Andrés fue fundamental en la buena campaña que hizo Leones en la B en 2016. Las dificultades que enfrentan los equipos de esa categoría fortalecieron su carácter y por eso llegó al Huila, en donde se convirtió en eje fundamental de la campaña opita, lo que le valió que tanto Junior como Medellín se fijaran en él. Finalmente, se inclinó por el Poderoso y se perfila como el hombre que maneje los hilos del equipo en 2018