Dicen que Andújar vive entre telarañas y vampiros
Autora de relatos de vampiros y brujas que habitan castillos y parajes escalofriantes, Carolina Andújar habla de su vida y obra.
Alos siete años, Carolina Andújar leyó Drácula, la novela de Bram Stoker y por más que ha leído numerosas historias, ninguna ha destronado al conde que no se reflejaba en los espejos.
Carolina es una narradora de literatura gótica y de suspenso de gran aceptación.
¿Cómo fue su infancia?
“Pasaba mucho tiempo con mi mamá. Ella pintaba conmigo. Al principio, ella me leía, y cuando aprendí a leer, leíamos las dos. Me enseñaba muchas cosas”.
¿Desde cuándo es lectora?
“Nunca me dije: ‘ya soy lectora’. Creo que desde que aprendí a leer, a los tres años, comencé a divertirme con los libros. Tal vez porque eran otros tiempos, sin tablets, tantas películas ni Internet. Me regalaban un libro, así fuera de un cuentico sencillo, y me parecía superentretenido. Estaba muy ‘peque’ cuando leía libros gordos y entretenidos”.
¿Cómo y cuándo sintió la necesidad de escribir y comenzó a hacerlo?
“Fue al mismo tiempo que leer. Me fascinaba dibujar las letras, verlas como objetos y, luego, interpretar sonidos. Siempre tuve curiosidad por leer y escribir. Curiosidad por saber qué decían los textos que los otros leían. Escribir fue también una alegría”.
Me refiero a la disposición de escribir literatura.
“Como a los 10 años comencé a escribir para otros. Como viajábamos tanto, eran diarios de los viajes que hacíamos para que los leyeran mis abuelos. Crónicas y observaciones. Después hubo intercolegiados de escritura creativa y allí escribía de todo: poemas, cuen- tos de temas libres. Era un placer escribir, y que los compañeros y profesores leyeran y les gustara”.
De la literatura que prefiere, la fantástica, ¿cuáles personajes la seducen más?
“Siento aprecio por varios personajes de la literatura gótica y de suspenso, algunos de ellos odiosos, porque enriquecen las tramas. Creo que el que más me atrae, entre los villa- nos, es Waleran Bigod, el obispo de Los pilares de la Tierra, la trilogía de Ken Follett”.
Estudió homeopatía y psicología junguiana de análisis de sueños. Estas áreas deben ser un manantial de elementos para sus obras.
“La primera me ha ayudado a crear personajes creíbles, con personalidades diversas. El análisis también, porque los sueños son muy útiles para la creación de historias más originales. Los sueños proporcionan material creativo”.
¿Los suyos o los ajenos?
“Los míos”.
¿Solo habita en un mundo gótico o le interesan otros temas?
“¿Que si yo vivo entre telarañas y vampiros? No, yo vivo una vida normal. Lo gótico me interesa para las novelas. Necesito mucha paz. Y en cuanto a temas, me interesa el siglo XIX en todos los sentidos: la política, el lenguaje. La novela de ese siglo me fascina. En la novela gótica se enfrentan el monstruo y el ser humano. Me atraen otras cosas: me gusta el arte moderno, el que tiene significados y busca una reacción por parte de los espectadores. También me gusta la música, en especial el heavy metal”.
Ha dirigido teatro. ¿Cómo ha sido esa experiencia? ¿La sigue atrayendo?
“Es algo que extraño mucho; especialmente dirigir. Es una maravilla. Teníamos una compañía. Es divertido dirigir y ayudar en la tramoya. No lo he vuelto a buscar ”.
No he encontrado que escriba poesía. ¿No lo hace o la tiene escondida en lo hondo de un castillo aterrador?
“No he publicado poesía, aunque sí la he escrito en inglés. Tal vez en un futuro recopile algunas en español”.
¿Puede contar qué está escribiendo o es agorera y cree que lo que se cuenta no sale?
“No, no soy agorera. Estoy escribiendo un cuento para niños y un thriler cómico”