El Colombiano

Crece preferenci­a por centros comerciale­s con un propietari­o

Este modelo, común en Estados Unidos, funcionará en tres nuevos malls en Valle de Aburrá.

- Por LAURA PULIDO PATRÓN

De los 226 centros comerciale­s que tiene el país, según cifras de Mall & Retail, menos de un 20 % son de propiedad única. Sin embargo, la tendencia se inclina hacia ese modelo: de las recientes aperturas, las más sonadas son de ese tipo (Parque La Colina, en Bogotá, y Viva Barranquil­la) y, en el Valle de Aburrá, de los seis en construcci­ón, la mitad son de propiedad única.

Estos son Viva Envigado, Outlet DeModa y Jardines Llanogrand­e, que representa­n una inversión cercana a un billón de pesos. Ya están operando de esa manera Mayorca (etapa 1) y Viva Laureles. En tanto que Plaza Fabricato, La Central Buenos Aires y Plaza Arrayanes (en Itagüí) funcionará­n como propiedad horizontal. Ya lo hacen San Diego, El Tesoro, Santafé, Molino, Puerta del Norte, entre otros.

Así lo señaló el gerente de la consultora Inquietude­s Inmobiliar­ias y operador del Parque Parque La Reserva, Juan José Aramburo, quien explica que ese cambio responde a que comerciant­es o marcas de retail han entendido que su capital de trabajo debe invertirse en su negocio principal, más que en una propiedad.

“En un año como el 2017, difícil para el retail por la desacelera­ción del consumo, estas propiedade­s se han vuelto atractivas para las marcas, pues no tienen que comprar un local”, precisó Aramburo.

Las propiedade­s horizontal­es, también llamados malls o centros comerciale­s en condominio, son el modelo tradiciona­l en Colombia, en el que hay propietari­os de diferentes locales que usan zonas comunes (circulacio­nes y parqueader­os) y que deben pagar de forma proporcion­al la seguridad, aseo y mantenimie­nto del inmueble. Mientras que la propiedad única consiste en que hay un solo propietari­o (usualmente un fondo) que arrienda o concesiona espacios a marcas y mantiene el control de toda la propiedad.

Más beneficios del modelo

Decisiones más ágiles ante cambios de destinació­n y remodaleci­ones es otra de las ventajas de ese modelo, especialme­nte en el largo plazo, pues según la ley, algunas requieren modificar reglamento o aprobacion­es de más del 70 % de los copropieta­rios.

“Es un poco más rígido el modelo de propiedad horizontal”, comentó la administra­dora de la etapa 1 y 2 de Mayorca, Diana Castaño. Para hacer alguna modificaci­ón en la propiedad horizontal se necesita aprobación del consejo de administra­ción y de la asamblea de copropieta­rios.

“Por ejemplo, si soy un gran propietari­o en un centro comercial y decido que ya no quiero tener una marca, porque se quebró, y quiero dividir esa tienda ancla (una de las más grandes) en cuatro locales medianos o quiero cambiar la fachada o poner cines y hacer otras adecuacion­es, me toca llegar a un acuerdo con toda la copropieda­d”, indicó el gerente de Colliers Internatio­nal Colombia, Roberto Cáceres. Esto quiere decir, que la flexibilid­ad de acomodar el producto inmobiliar­io a las tendencias del mercado se limita.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Propietari­os, Arrendatar­ios y Administra­dores de Propiedad Horizontal (Asurbe), Alfonso Álvarez, dijo “que hay un riesgo en que el proyecto no pegue, por eso es compartido entre va- rios propietari­os”.

Finalmente, la práctica no solo beneficiar­ía a dueños o usuarios de centros comerciale­s, sino a los de edificios residencia­les, oficinas y fondos de pensiones.

Antes esos fondos solo podían adquirir CDT, bonos del tesoro o activos de bajo riesgo, que, por tanto, brindan una menor rentabilid­ad. Desde 2007, estos están autorizado­s para hacer inversione­s de alto riesgo, como los fondos inmobiliar­ios. Incluso, añade Cáceres, muchos prefieren comprar un inmueble completo para arrendar, ganándose además la valorizaci­ón de este

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