En nuestro país no hay mejor opción que las cebras

“Las cebras aparecen como respuesta a la motorización, para dar oportunidad a los peatones de cruzar la calle de manera más segura. Según estudios se ha comprobado que un atropello, incluso si un vehículo va a 50 km/h, puede resultar en 80% de probabilidad de muerte del caminante. Por eso las cebras son vitales en el entorno urbano. Lo que sí se necesita es que estén muy cerca unas de otras, a no más de 200 metros donde haya mucho flujo peatonal. Si no sucede así, significa que la planeación sigue priorizando a los vehículos sobre las personas que van a pie, cuando según el Código Nacional de Tránsito debe ser al contrario. En las vías de alto tráfico, las cebras deben estar bien señalizadas, ojalá con semáforo, y en sectores más tranquilos, cerca a hospitales, colegios y hogares, que sean de circulación menor a 30 km/h se puede prescindir de semaforización, pero se deberían poner reductores de velocidad para asegurar que carros, motos y bicicletas se detengan ante los cruces peatonales. Es egoísta, por parte de los usuarios de vehículos, pensar que la instalación de semáforos, incluso cámaras de fotodetección, son medidas que solo afectan la movilidad, cuando buscan la seguridad de otros actores. Al peatón no se le puede echar la culpa de cruzar la calle por donde pueda si no hay cebras cerca, porque es una falla, un diseño no incluyente. Por supuesto que cuando hay señalización y cruces adecuados, es irresponsable no transitar por allí, por eso, los ingenieros a veces idean barreras para obligar a los peatones a usar los sitios adecuados para hacerlo. Las cebras seguirán existiendo en nuestro entorno, aún no tenemos una mejor alternativa. En Colombia la cultura del carro aún es muy fuerte y la mejor manera de proteger al peatón, por ahora, son las cebras”.