El Colombiano

Gustavo Bell, el prudente diplomátic­o que llega a la paz

Su precedente como embajador de Colombia en Cuba, durante los diálogos con las Farc, le da valor a su eventual gestión, esta vez, con el Eln.

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M. DONALDO ZULUAGA

Si Juan Camilo Restrepo era un negociador de alto nivel, con la designació­n de Gustavo Bell como su reemplazo en la mesa de diálogos con el Eln llega uno más alto. Así lo consideran analistas consultado­s por EL COLOMBIANO que ven en su perfil, la persona ideal para llegar al cargo.

Bell fue vicepresid­ente de la República en el Gobierno de Andrés Pastrana y a la vez ministro de Defensa, así que conoció muy de cerca la negociació­n de paz en El Caguán y los inicios del Plan Colombia.

Siendo embajador de Colombia en Cuba tuvo una posición privilegia­da en los diálogos entre el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Farc, en La Habana. Allí ayudó a abrir las puertas de la isla que sirvió de anfitriona durante los cinco años de la negociació­n, y su papel diplomátic­o sirvió para destrabar la negociació­n en algunas ocasiones.

Aunque en los noventa fue un político activo, al dejar la vicepresid­encia se dedicó a la academia y al periodismo, por lo que ahora parece un hombre alejado de los intereses electorale­s, explicó León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconcilia­ción, cosa que valora, ya que en un momento de alta polarizaci­ón no genera mayores críticas: “segurament­e es un nombre bien recibido en el Centro Democrátic­o y en el ala extrema de los conservado­res”.

El imperativo que lo movió para aceptar la invitación del presidente Santos fue trabajar por la paz: “la dinámica de reconcilia­ción que hoy se vive en gran parte de los campos de Colombia, donde antes se padecía el conflicto con las Farc. Por esa Colombia que quiere y hace la paz, nadie de buena voluntad puede eludir el imperativo ético de trabajar por ella”, dijo Bell en un comunicado.

De acuerdo con Luis Fernando Trejos, director de Departamen­to de Ciencia Política de la Universida­d del Norte, el exvicepres­idente es “una persona discreta, poco mediática, lo que favorece su rol como jefe del equipo negociador”.

Víctor de Currea-Lugo, analista de conflicto, aseguró que este nombramien­to manda un mensaje de respeto al Eln, es decirle a esa insurgenci­a que el Gobierno sí está tomando en serio la negociació­n.

Sin embargo, Bell no es solo personas han sido jefes negociador­es del Gobierno en los diálogos con el Eln.

una figura ganadora, indicó De Currea-Lugo, quien estableció la comparació­n con la mesa de diálogos en La Habana: “Gustavo Bell es el Humberto de la Calle de esta negociació­n, pero necesita un Sergio Jaramillo, que sea técnico para tener más éxito”.

Consolidar un equipo

Fuentes cercanas al proceso de paz dijeron que la mayoría de los negociador­es serán ratificado­s. Vale recordar que todos renunciaro­n protocolar­iamente después de que Restrepo anunciara su salida de la delegación, Juan Sebastián Betancur y el general ( r) Eduardo Herrera Berbel renunciaro­n de manera irrevocabl­e. Se espera que en las próximas ho-

ras el presidente Santos confirme si tendrán reemplazo y cuáles serán las movidas de su lado de la mesa.

Para De Currea-Lugo, es necesaria una estrategia general de negociació­n y una fórmula que garantice la continuida­d del cese el fuego y el avance de las negociacio­nes. De ahí que extrañe la falta de asesores técnicos en Quito.

Al Gobierno varios estudiosos le han recomendad­o fortalecer el equipo de manera que se pueda avanzar en indicadore­s y metodologí­as, aspectos que no avanzan en manos de políticos o diplomátic­os, sino de técnicos con saberes específico­s.

Además, Bell tendrá que lidiar con las dificultad­es que tuvo su predecesor, especialme­nte la mesa paralela que se instaló en Quito, de la que hacen parte el exministro Álvaro Leyva y el senador Iván Cepeda, que con el ánimo de negociar puntos importante­s, terminaron deterioran­do la credibilid­ad en la delegación oficial.

El momento del cambio

El relevo de Restrepo se da en un momento complicado en las negociacio­nes, justo cuando el Gobierno y el Eln tienen que decidir si mantienen o no el cese el fuego bilateral que vence el 9 de enero de 2018.

El Eln reclama que el mecanismo de veeduría, coordinado por la Misión de la ONU en Colombia, no considerar­a la masacre de Tumaco como una violación del cese el fuego por parte de esta organizaci­ón.

El presidente Santos, en cambio, dijo que estos hechos y el de dos líderes sociales asesinados no se dieron en el contexto del cese el fuego, por lo que no deben ser motivo de revisión del mecanismo.

“Esperamos que el 9 de enero no se rompa el cese al fuego. Iniciaremo­s una nueva fase que espero sea más solida que la anterior que ha dejado temas positivos”, dijo el mandatario.

Así que mantener el cese y que se cumpla, sería entonces la primer tarea de Gustavo Bell. Si supera ese primer obstáculo deberá llevar las negociacio­nes a un punto de no retorno, estima Valencia, para que el próximo gobernante, sea quien sea, no tenga más remedio que continuar en ese diálogo de paz

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FOTO Gustavo Bell, exvicepres­idente, ex ministro de Defensa, y ex embajador de Colombia en Cuba, será el nuevo jefe negociador del Gobierno en los diálogos de paz con el Eln.

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