ASAMBLEA DE LA ONU NO RESPALDÓ A TRUMP FRENTE A JERUSALÉN
El mundo ha aprendido a resolver sus conflictos en el seno de Naciones Unidas. Cada vez se aleja más de decisiones impositivas y unilaterales que rompan la posibilidad del diálogo y que además se salten los mecanismos de resolución desarrollados en el tiempo. De ese fondo fue el mensaje de la Asamblea de la ONU que, el jueves pasado, votó una resolución en contra del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel hace dos semanas.
Fue una moción no vinculante, pero de fuerte contenido explícito, con una votación mayoritaria: 128 votos a favor, 9 en contra, y 35 abstenciones, entre ellas la de Colombia.
Numerosos países desoyeron la advertencia del gobierno de EE. UU. de que si no se respaldaba su política habría que hacerse a la idea de perder su colaboración tanto en la misma ONU como en sus pro- gramas de cooperación con otros Estados. Los delegados de Washington emplearon un lenguaje poco diplomático: “tomaremos nota de los nombres” de apoyo a la resolución.
En el Consejo de Seguridad 14 de 15 países respaldaron la comunicación, pero EE.UU. aplicó su derecho de veto.
El equipo de Trump anunció que traslada su Embajada en Israel a Jerusalén, y aunque dice que “no prejuzga” sobre las negociaciones palestino-israelíes, sin duda que se anticipa a una decisión que debe salir de la concertación y el diálogo de los Estados en conflicto. La ONU deja constancia