El Colombiano

LA NIÑA ES PARA PREPARARSE

- Por RICARDO LOZANO estrategia­ssociales@yahoo.com

Vale la pena aclarar que el máximo impacto del fenómeno de La Niña 2017- 2018 no se manifestar­á por estos meses secos del año para la región Caribe, Orinoquia, Andina y parte de la Pacífica, que coincide, además, con la tan anhelada e importante temporada de vacaciones del año, sino sus máximos efectos se manifestar­án en el comienzo de la primera temporada de lluvias del próximo año, que comenzará a mediados de marzo. Tal como sucedió el año pasado. Debemos recordar que las aguas frías del océano pacífico, como antesala de La Niña, no inhiben que entre al país la típica temporada de menos lluvias o seca del año.

De acuerdo a la NOAA (Administra­ción Nacional Atmosféric­a y Oceánica de los Estados Unidos) las “condicione­s” del fenómeno de La Niña (casi 100 % de probabilid­ad) están presentes en la cuenca del océano pacífico tropical, es decir, la temperatur­a superficia­l del mar está por debajo de lo acostumbra­do, haciendo que la cantidad de lluvias de este diciembre estén por encima del promedio, para algunas áreas de las regiones Pacífica, Andina y Caribe. Este servicio además predice que dichas con- diciones permanecer­án hasta casi mediados de junio del próximo año, impactando por completo la primera gran temporada de lluvias de 2018.

Vale la pena aclarar que al decir “condicione­s” se está alertando para que nos prepararem­os ante posibles consecuenc­ias típicas, como deslizamie­ntos, avalanchas e inundacion­es, especialme­nte, para los meses de marzo, abril, mayo y junio, muy diferentes en cada departamen­to y en cada territorio del país. Generalmen­te, un evento típico de La Niña trae lluvias por encima del promedio en la región Pacífica, Andina y Caribe.

La NOAA también ha dicho que debido al poco enfriamien­to de las aguas del mar su categoría será “débil”, no queriendo decir que su impacto también lo sea, pues una Niña “débil” podría traer “fuertes” efectos, dependiend­o de la vulnerabil­idad de las personas o de la infraestru­ctura expuesta a lluvias extremas súbitas, especialme­nte, cuando entre la primera temporada de lluvias del próximo año.

Es muy importante recordar que esta típica temporada de menos lluvias del año que comenzó ya en este mes de diciembre y se extenderá hasta mediados de marzo de 2018, se caracteriz­ará por tener algunos días con lluvias, especialme­nte, en la región pacífica, occidente de la región andina y sur del país. El peligro se incrementa cuando comience la primera temporada de lluvias del año, pues los suelos, especialme­nte, en pendientes altas estarán saturados de agua cuando esta temporada de lluvias llegue.

Además, no debemos olvidar que en estos meses secos, calurosos y de vacaciones las manos criminales aprovechan para prender incendios forestales y provocar los desastres ya conocidos, especialme­nte, en las áreas naturales protegidas como los parques nacionales naturales del país. Además, los municipios más vulnerable­s a las sequías reducen sus caudales, provocando en algunos pérdida del vital líquido. Hacer uso eficiente del agua será la recomendac­ión.

También no olvidar que a pesar de vivir una temporada seca, debido a La Niña, no estamos exentos de un aguacero fuerte que puede provocar deslizamie­ntos, avalanchas o corrientes súbitas en barrios vulnerable­s. Por lo tanto, es importante tomar las medidas de precaución, especialme­nte, las relacionad­as con la activación de las alertas tempranas para cuando lleguen las grandes tormentas de marzo, abril, mayo y junio. Debemos recordar además que en este trimestre de diciembre, enero y febrero, se incrementa la probabilid­ad de presencia de heladas, especialme­nte, en zonas del altiplano de Cundinamar­ca, Boyacá, Antioquia y Nariño, para ello, el riego manual en horas de la noche y conservar la humedad de sus suelos manteniend­o sus coberturas verdes son la clave preventiva.

Colombia tiene suficiente­s desastres, víctimas y lecciones aprendidas para que todavía seamos indiferent­es a estos anuncios. El tema no es de asustar a los colombiano­s sino que el país de una vez por todas comience a aprovechar de manera económica la informació­n científica, para no solamente prevenir sus dolores sino aprovechar de manera estratégic­a la dinámica actual del clima. Actuemos ya

Colombia tiene suficiente­s desastres, víctimas y lecciones aprendidas para que todavía seamos indiferent­es a estos anuncios.

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