LA NIÑA ES PARA PREPARARSE
Vale la pena aclarar que el máximo impacto del fenómeno de La Niña 2017- 2018 no se manifestará por estos meses secos del año para la región Caribe, Orinoquia, Andina y parte de la Pacífica, que coincide, además, con la tan anhelada e importante temporada de vacaciones del año, sino sus máximos efectos se manifestarán en el comienzo de la primera temporada de lluvias del próximo año, que comenzará a mediados de marzo. Tal como sucedió el año pasado. Debemos recordar que las aguas frías del océano pacífico, como antesala de La Niña, no inhiben que entre al país la típica temporada de menos lluvias o seca del año.
De acuerdo a la NOAA (Administración Nacional Atmosférica y Oceánica de los Estados Unidos) las “condiciones” del fenómeno de La Niña (casi 100 % de probabilidad) están presentes en la cuenca del océano pacífico tropical, es decir, la temperatura superficial del mar está por debajo de lo acostumbrado, haciendo que la cantidad de lluvias de este diciembre estén por encima del promedio, para algunas áreas de las regiones Pacífica, Andina y Caribe. Este servicio además predice que dichas con- diciones permanecerán hasta casi mediados de junio del próximo año, impactando por completo la primera gran temporada de lluvias de 2018.
Vale la pena aclarar que al decir “condiciones” se está alertando para que nos prepararemos ante posibles consecuencias típicas, como deslizamientos, avalanchas e inundaciones, especialmente, para los meses de marzo, abril, mayo y junio, muy diferentes en cada departamento y en cada territorio del país. Generalmente, un evento típico de La Niña trae lluvias por encima del promedio en la región Pacífica, Andina y Caribe.
La NOAA también ha dicho que debido al poco enfriamiento de las aguas del mar su categoría será “débil”, no queriendo decir que su impacto también lo sea, pues una Niña “débil” podría traer “fuertes” efectos, dependiendo de la vulnerabilidad de las personas o de la infraestructura expuesta a lluvias extremas súbitas, especialmente, cuando entre la primera temporada de lluvias del próximo año.
Es muy importante recordar que esta típica temporada de menos lluvias del año que comenzó ya en este mes de diciembre y se extenderá hasta mediados de marzo de 2018, se caracterizará por tener algunos días con lluvias, especialmente, en la región pacífica, occidente de la región andina y sur del país. El peligro se incrementa cuando comience la primera temporada de lluvias del año, pues los suelos, especialmente, en pendientes altas estarán saturados de agua cuando esta temporada de lluvias llegue.
Además, no debemos olvidar que en estos meses secos, calurosos y de vacaciones las manos criminales aprovechan para prender incendios forestales y provocar los desastres ya conocidos, especialmente, en las áreas naturales protegidas como los parques nacionales naturales del país. Además, los municipios más vulnerables a las sequías reducen sus caudales, provocando en algunos pérdida del vital líquido. Hacer uso eficiente del agua será la recomendación.
También no olvidar que a pesar de vivir una temporada seca, debido a La Niña, no estamos exentos de un aguacero fuerte que puede provocar deslizamientos, avalanchas o corrientes súbitas en barrios vulnerables. Por lo tanto, es importante tomar las medidas de precaución, especialmente, las relacionadas con la activación de las alertas tempranas para cuando lleguen las grandes tormentas de marzo, abril, mayo y junio. Debemos recordar además que en este trimestre de diciembre, enero y febrero, se incrementa la probabilidad de presencia de heladas, especialmente, en zonas del altiplano de Cundinamarca, Boyacá, Antioquia y Nariño, para ello, el riego manual en horas de la noche y conservar la humedad de sus suelos manteniendo sus coberturas verdes son la clave preventiva.
Colombia tiene suficientes desastres, víctimas y lecciones aprendidas para que todavía seamos indiferentes a estos anuncios. El tema no es de asustar a los colombianos sino que el país de una vez por todas comience a aprovechar de manera económica la información científica, para no solamente prevenir sus dolores sino aprovechar de manera estratégica la dinámica actual del clima. Actuemos ya
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