El Colombiano

Un repaso al escándalo Odebrecht en América

Tras 12 meses de conocerse la red de sobornos desde Brasil hacia la región, ¿qué ha hecho cada país?

- Por DANIEL ARMIROLA R.

La política latinoamer­icana se ha visto muy permeada por los casos de corrupción asociados a la firma brasileña. A la fe- cha, seis países investigan a altos funcionari­os. ¿Cómo avanzan los procesos?

El lío que tiene en crisis política en Perú al gobierno de Pedro Pablo Kuczynski fue el más reciente capítulo de una larga serie de procesos judiciales, políticos y detencione­s contra dignatario­s que deja el caso Odebrecht en ese país.

El escándalo de corrupción en torno a los contratos públicos de la constructo­ra brasileña ha podido llegar hasta las últimas consecuenc­ias en Perú. Tanto que no parecen importar los efectos que dejan uno y otro avance del gigantesco caso sobre la estabilida­d del país. Todos los jefes de Estado desde el inicio de la actual era democrátic­a —tras el fin del régimen de Alberto Fujimori—, han sido salpicados en mayor o menor medida.

Cronológic­amente se puede enumerar lo que ha pasado con cada uno de ellos, a saber: Alejandro Toledo (2001-2006) está prófugo de la justicia y pesan sobre él una orden de captura y un pedido de extradició­n desde EE. UU; Alan García (2006-2011) es investigad­o por el caso y tiene varios de sus exfunciona­rios encarcelad­os; Ollanta Humala (2011-2016) está en prisión preventiva, tal como su esposa Nadine Heredia, mientras se determina si recibieron sobornos; y ahora Kuczynski fue vinculado tras revelarse esta semana que su empresa personal recibió pagos mientras este fungía como jefe de Gabinete y ministro de Economía del gobierno Toledo.

Dicha revelación suscitó que la oposición fujimorist­a de Fuerza Popular, que controla el Congreso, empezara a adelantar inmediatam­ente los trámites para llevarlo a un debate de destitució­n, algo que finalmente no se dio a pesar que todo llevaba a pensar que así iba a pasar.

Sin embargo, PPK enfrenta

un resto de periodo de fragilidad estatal, acosado por la oposición y la escasa credibilid­ad.

“El oficialism­o podrá seguir, pero en una condición de completa vulnerabil­idad y solo tras haber pactado un nuevo gabinete con fuerzas contrarias al fujimorism­o, lo cual será complejo”, consideró José Carlos Requena, socio propietari­o de la firma de consultorí­a política 50+1.

Más allá de los vericuetos políticos en Perú, sus nuevos desarrollo­s en torno al bochornoso caso Odebrecht tiene a los demás países salpicados pensando en por qué allí no se avanza al mismo ritmo. En realidad, ¿cómo es el panorama en otras naciones de la región? EL COLOMBIANO abordó la actualidad latinoamer­icana del escándalo.

Tortugas en Panamá

En Panamá, a pesar de que el caso lleva 3 años siendo investigad­o y que Odebrecht pagó allí hasta 59 millones de dólares en sobornos, todo progresa a un ritmo paquidérmi­co. Así lo explicó James Aparicio, director del diario Metro Libre, para quien los dos dignatario­s salpicados respiran por ahora tranquilos.

“La mayoría de los investigad­os formaron parte del gobierno de Ricardo Martinelli (20092014), sobre quien pesa un pedido a EE. UU. de extradició­n para que enfrente 12 casos pendientes. Dos de sus hijos ya fueron judicializ­ados por presuntame­nte haber recibido parte de esos 59 millones de dólares que la empresa confesó en sobornos para ganarse obras”, informó.

Por su parte, el partido del mandatario Juan Carlos Varela está vinculado por haber recibido sumas de la empresa en sus campañas para vicepresid­ente (2009) y presidente (2014). Su defensa es que eran donaciones y no sobornos. “Pero a Odebrecht se le permitió licitar aquí y en este momento adelanta obras de primera relevancia como la construcci­ón de la Línea 2 del Metro de Ciudad de Panamá, la enorme renovación urbana de la capital planeada por el alcalde José Isabel Blandón (oficialist­a) y la ampliación del Exvicemini­stro de Transporte Senador investigad­o Exdirector de la ANI Exsenador Aeropuerto Internacio­nal de Tocumen. Entonces Odebrecht ha salido bien librado en el istmo, porque tiene obras por casi 4.000 millones de dólares andando, llegó a un acuerdo para pagar una multa de apenas 220 millones, y además ninguno de sus representa­ntes que entregaron coimas tendrá que pagar

aquí, bajo la argucia de evitar un doble juzgamient­o, sabiendo que eso solo aplica cuando es en el mismo país”, señaló.

Hay una sola condena menor por el caso, pero los grandes implicados siguen campantes mientras los expediente­s en su contra no registran avances. Los panameños tienen la sensación de que luchan contra una mafia tan compleja, gigante y a la vez tan unida, que el proceso muy probableme­nte termine como está, estancado. “El panameño sabe que apenas conoce la punta del iceberg y que las institucio­nes no le quieren revelar más”, agregó Aparicio.

La pesquisa Odebrecht tiene en Panamá 130 tomos y tres cuadernill­os que incluyen los acuerdos de colaboraci­ón con Brasil, pero eso en realidad parece solo papel desperdici­ado y el caso sigue en el aire.

Brasil: luces y sombras

¿Qué hay de la nación en la que surgió el gigantesco pulpo de la

corrupción? En Brasil, si bien el caso Lava Jato, que comprende sobornos a políticos no solo de parte de Odebrecht sino otros emporios, ha ido dejando numerosos funcionari­os procesados y detenidos, hoy es difícil saber si habrá mandatario­s que realmente tendrán que pagar por las irregulari­dades.

Como explicó Iván Godoy, periodista de Radio Senado de Brasilia, el rango más elevado de políticos sancionado­s o detenidos alcanza por el momento solo a gobernador­es de algunos estados de la República Federativa. “En el principal estado del país, Sao Paulo, Odebrecht reveló la existencia de una trama criminal de las grandes empresas para repartirse sus proyectos de infraestru­ctura. Se está demostrand­o cómo la firma no solo cometía sus ilegalidad­es en el ámbito del gobierno brasileño, sino que probableme­nte en cada región se podrán encontrar numerosos delitos”, explicó.

Pero no todo es color de rosa en el país, y actualment­e impera la controvers­ia por otros asuntos vinculados a Odebrecht o Lava Jato. El exdirector ejecutivo del gigante de la construcci­ón en Brasil, Marcelo Odebrecht, recibió esta semana casa por cárcel en aplicación del mecanismo de delación premiada, pero muchos sectores criticaron el fallo.

“Ese mecanismo ha permitido la revelación de datos que de otra forma no se hubieran conocido. Gracias a esto y al avance de Lava Jato los brasileños se están dando cuenta de que ya la cárcel no es solo para los pobres. Personajes importante­s han ido a parar allí por fin. Odebrecht ya se fue a casa pero de todas formas tuvo que pagar varios años”, defendió Godoy.

En cuanto a los dignatario­s, mientras que Luiz Inácio Lula da Silva fue sentenciad­o en primera instancia por recibir propiedad raíz de Odebrecht, puede aún presentars­e a elecciones y es favorito para 2018; por parte de Michel Temer, gracias a su poder de negociació­n en el Legislativ­o, este logró evitar dos juicios políticos a pesar de fuertes indi-

cios en su contra, evidentes en un video de sobornos para que testigos no mencionara­n los nexos que tendría en el caso.

“Lula fue condenado en primera instancia, pero el 24 de enero un grupo de jueces decide a favor o en contra de su apelación. En este momento es holgado favorito para las elecciones de octubre, pero dada una eventual condena en segunda instancia no podría participar, lo que tendría cruciales efectos políticos en el país y cambia radicalmen­te el panorama electoral. De cualquier forma él no perdería sus bases de apoyo”, explicó.

En cuanto a Temer, el panorama es favorable tras frustrar dos juicios políticos en el Legislativ­o: “La diferencia que tiene con PPK en Perú es que este último no tiene respaldo parlamenta­rio significat­ivo, mientras que en Brasil el mandatario cuenta con la mayoría del Congreso blindándol­o. Eso no quita la posibilida­d de que lo juzguen después de que abandone el máximo cargo, el 1 de enero de 2019. Lo que ha hecho es postergar ese escenario”, dijo Godoy.

En general, para los ciudadanos de Brasil el resultado general es agridulce. Por un lado les alegra que por fin la justicia avanza cuando se trata de empresario­s adinerados y políticos, pero por otro les genera hastío y frustració­n el confirmar por enésima vez que el sistema político está podrido y la corrupción sigue imperando sin importar el color de las ideas

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Fuente: Fiscalía, Corte Suprema de Justicia, Departamen­to de Justicia de EE. UU. y AFP. Infografía: EL COLOMBIANO © 2017. RR (N2)

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