El Colombiano

Congresist­as, ¿legislando en nombre propio?

Dos iniciativa­s que crean la doble instancia en procesos penales y disciplina­rios para aforados fueron aprobadas en las últimas semanas.

- Por EDUARDO BONCES RAÚL ZULETA

Paralelo con el fracaso del trámite de las leyes para la implementa­ción del Acuerdo vía fast track, el Congreso –sin que muchos prendieran sus reflectore­s –sacó tiempo para tramitar dos iniciativa­s cuyos principale­s beneficiad­os serán ellos mismos.

Pues bien, los congresist­as aprobaron, durante la última semana del legislativ­o, un par de leyes que bien podrían ser calificada­s como, básicament­e, legislar en nombre propio. Se trata de la doble instancia para procesos ante el Consejo de Estado y la Corte Suprema de Justicia. Pese a que este asunto estaba pendiente por ser reglamenta­do luego de un llamado que hiciera la Corte Constituci­onal, otros temas que podrían mejorar el trámite legislativ­o no fueron aprobados.

Las dos iniciativa­s fueron solicitud de la Corte Constituci­onal que había levantado polémica en 2014 cuando aseguró que todos los ciudadanos vencidos en cualquier tipo de juicio tenían derecho a una doble instancia y le dio un plazo de un año al Congreso para iniciar el trámite al respecto. Sin embargo, en ese momento nada pasó.

De hecho en septiembre de este año, cuando estalló el escándalo del ‘ Cartel de la Toga’ la Corte Suprema solicitó a la Comisión Primera del Senado que no continuara el trámite legislativ­o y ordenaba su archivo. También, en 2014 y 2015 se habían presentado iniciativa­s con la misma finalidad.

La primera reforma constituci­onal aprobada por los congresist­as es el acto legislativ­o 13 de 2017 del Senado por medio del cual se crea una sala conformada por seis magistrado­s que conocerán el proceso en primera instancia y este puede ser apelado ante la sala plena del tribunal. La segunda iniciativa busca que los procesos que se adelantan de forma disciplina­ria ante el Consejo de Estado tengan el mismo recurso. La Sección Quinta, del Consejo de Estado, será la encargada de llevar el proceso y la última palabra la tendrá la sala plena de la corporació­n.

Cuando el proyecto fue aprobado el ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, recor- dó que desde su llegada a esta cartera el compromiso era tramitar esa iniciativa. “Estamos cumpliendo una deuda histórica que se tenía con los congresist­as. Uno observaba en el Consejo de Estado como los parlamenta­rios perdían su investidur­a que les acarreaba la muerte política de por vida y no tenían derecho a apelar la decisión, ahora eso es cosa del pasado”.

Así mismo, el presidente de la Cámara de Representa­ntes, Rodrigo Lara, sostuvo que estos proyectos no fueron de iniciativa parlamenta­ria “fue simplement­e convertir en normativid­ad fallos de la Corte y principios rectores establecid­os en las normativos internacio­nales”.

El profesor, Rubén Sánchez de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universida­d del Rosario, aseguró que se puede hablar de una falta de ética de los congresist­as del país, “pese a que en efecto se necesitaba una reforma en materia de doble instancia hay leyes supremamen­te importante­s en materia de justicia que no han salido y que son vitales”.

Según dijo no es la primera vez que legislan en nombre propio: “el último aumento de salario para ellos fue escandalos­o, más cuando esto repercute en las pensiones. No asistir a las sesiones es una falta muy grave, mire, uno no va al trabajo y al tercer llamado lo pueden despedir. Yo no en- tiendo cómo hay senadores que ni participan casi y además no van al Congreso, eso no tiene presentaci­ón. Un control de tipo coercitivo no funcionarí­a, el problema es ético, deben ser correctos en sus actitudes, que exista un respeto al elector”.

Otros proyectos

Durante esta legislatur­a se presentaro­n otras iniciativa­s que podrían haber ayudado a mejorar el trámite legislativ­o sin embargo, tuvieron poca discusión legislativ­a o simplement­e no fueron discutidas.

Luego de estallar el Cartel de la Toga se comenzó la discusión de un proyecto de ley para la creación de un tribunal de aforados dicha inicia- tiva fue retirada, además se incluyó un artículo con el mismo propósito en la Reforma Política, iniciativa que también murió.

Por otro lado, se presentó un proyecto para garantizar la asistencia de los congresist­as a las sesiones, endurecien­do las sanciones disciplina­rias por inasistenc­ia a los debates con sanciones económicas y validación real de las excusas médicas, sin embargo la iniciativa ni siquiera fue discutida en primer debate cuando ya tenía ponencia.

Cabe anotar que en 2016 se presentó tres veces un proyecto que buscaba que los congresist­as rindieran cuentas ante la opinión pública de sus actuacione­s, además buscaba endurecer los mecanismos de control ciudadano como que los parlamenta­rios presentara­n sus declaracio­nes de renta. El proyecto se hundió dos veces y en la tercera ni siquiera fue discutido.

El futuro de las iniciativa­s

Las dos leyes ya pasaron en el Congreso. No obstante, la primera deberá ser revisada por la Corte Constituci­onal al modificar la carta política y la segunda deberá ser enviada al Presidente de la Repú-

blica para su promulgaci­ón. Preocupa es que tengan un efecto retroactiv­o.

Según Juan Carlos Ruiz Vásquez, profesor de Ciencias Políticas de la Universida­d del Rosario, “estamos en un momento en el país en donde el proceso de paz es una realidad y es posible que estén legislando en nombre propio, pero también están brindado garantías en procesos en que la misma Corte se había pronunciad­o, eso se puede convertir en una tabla de salvación para políticos”.

Son varios los congresist­as que salieron de sus cargos, sin tener doble instancia. Es el caso de Eduardo Carlos Merlano, quien fue destituido por el Consejo de Estado por utilizar su fuero para intentar evitar una multa de tránsito; Holguer Díaz quien perdió su investidur­a ante el mismo tribunal por tráfico de influencia­s y conflicto de intereses al recibir comisiones del Grupo Saludcoop a cambio de favorecerl­o en los trámites de una reforma a la salud en el Congreso. Así mismo, el exrepresen­tante Carlos Vergara salió por violar el régimen de inhabilida­des ya que su padre era funcionari­o de la alcaldía de Sincelejo. De igual forma, el exsenador Carlos Enrique Soto fue sancionado con pérdida de investidur­a por supuesta mala destinació­n de recursos.

Cabe anotar que es obligación de los congresist­as declararse impedidos cuando existan “situacione­s de carácter moral que los inhiban para participar en el trámite”, asegura el artículo 182 de la Constituci­ón

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