Colombiano Christian Cajicá se preparó en La Guajira para Dakar.
Él es uno de los dos colombianos que correrá en cuatrimotos la tradicional competencia ahora por Suramérica.
Son las 10:45 de la mañana en Manaure, La Guajira, municipio ubicado a 63 kilómetros de Riohacha y conocido por su actividad salina. Allí Christian Cajicá, piloto colombiano de cuatrimotos, hace una parada para que su equipo verifique las condiciones de su motocicleta todo terreno.
La ruta continúa hacia Albania, 98 kilómetros al sur. Un recorrido de una hora y cuarenta y cinco minutos aproximadamente por carretera.
Cajicá se desvía y hará su trayecto por el desierto. No sabe cuánto se demorará pero necesita sentir el polvo, el calor y entrenar en un ambiente muy similar con el que comenzará el Rally Dakar 2018 en Perú.
Será su cuarta vez en esta competencia. 9.000 kilómetros en 14 etapas que empezarán el 6 de enero. EL COLOMBIANO habló con él en pleno desierto guajiro al final de un entrenamiento.
¿Ya está terminando su preparación en La Guajira?
“Sí, esta es la recta final. Es la oportunidad perfecta para probar la moto, que no vaya a fallar nada, que esté todo en orden, tratar de minimizar los riesgos. La Guajira es perfecta porque en el Dakar salimos de Lima, Perú, en pleno desierto, tal como aquí. Fueron tres semanas en La Guajira, es lo más apropiado para el entrenamiento ya que se trabaja en detalles que la moto nos muestra en estas condiciones y temperatura”.
Un ejemplo de lo que le haya pasado...
“Se mojó un sensor de la caja y molestaba, se secaba y luego funcionaba bien. Eso no puede pasar allá en el Dakar. Son detalles que son difíciles de percibir en Bogotá, pero en entrenamiento de ruta sí los tienes. Ese tipo de cosas son valiosas con el trabajo adelantado en La Guajira”
¿Cuánto tiempo diario invirtió en La Guajira?
“Es un entrenamiento intenso, no te sé decir cuántas horas, sí que me levanto y recorro muchos kilómetros, hasta que el cuerpo aguante”
¿Así debe prepararse un piloto para correr el Dakar?
“Es difícil prepararse al 100 %. Simular un Dakar es complicado, no hay presupuesto para hacer dos Dakar en un año, eso es lo difícil, pero se trabaja sobre varios frentes: la preparación del equipo de asistencia, la moto, la parte física y la mental, sin olvidar otros detalles. A veces nos estresamos porque tenemos muchas cosas, pero lo importante es afianzarnos con Dios”.
¿Cuál es su pálpito para esta competencia?
“Full energía. Yo creo que todo se llama con la mente y hay que llamar a los mejores resultados, tengo buena energía”.
De sus experiencias anteriores ¿qué ha aprendido?
“De todo. Este es mi cuarto Dakar. He pasado por todo lo que le puede pasar a un piloto. Un primer Dakar exitoso, no le pasó nada a la moto, todo fue feliz, muy duro pero se terminó bien. Al año siguiente rompí la moto, se siente uno frustrado y el 2017 el accidente. Es parte del juego, es difícil asimilarlo pero hemos aprendido de todo, a estar muy felices y muy tristes”.
¿Ya estudió el recorrido de 2018?
“Sí, va a estar complicado para nosotros los colombianos porque no estamos acostumbrados a montar en tanta arena y serán seis etapas en Perú con tales características. No es bueno para nosotros. Hay que manejar a la defensiva. Eso es un poco lo complejo del tema”.
¿Qué análisis hizo entonces?
“Lo que uno se tiene que plantear es terminar, ese es el foco principal. Si no nos favorece el arranque, hay que ser bastante prudentes. Tomármelo con mucha calma, no como el de 2017 que arranqué con un ritmo durísimo, antes de un check point (punto de control), pasé a ser 11 y yo ya me veía entre los 10 de la competencia. En este va a ser todo lo contrario, empezar de atrás para adelante, tener mucha calma y que todo salga bien”.
¿Cómo es la preparación del equipo?
“Mi equipo es mi familia. Al Dakar no viajamos todos, solo el personal operativo, es decir los dos conductores del camión, el mecánico y yo. En esto le ayuda a uno mucha gente. Aquí hay que agradecerle a Dios -primero-, si uno se monta en esta aventura tiene que encomendarse a él y, segundo, a la familia que es el foco de uno, el todo y, tercero, a los amigos y los patrocinios que hacen que este sueño se haga realidad”
“Aquí, en La Guajira, yo me levanto y salgo en la moto, hasta que el cuerpo aguante”.
“Lo más duro ya pasó, que fue recoger el dinero -400 millones de pesospara estar en Dakar”.