CRECIMIENTO DESBORDADO
La historia cuenta que La Floresta fue un barrio de una población longeva; no obstante, en la actualidad son más los jóvenes y niños que se ven por el barrio. Durante las noches el parque se percibe inseguro y es infaltable el olor a marihuana. Por otro lado, también es indudable que la densidad de habitantes ahora es muy alta y no deja de causar gran nostalgia el observar como las viejas casas desaparecieron casi por completo y el barrio se saturó de edificios.
Además, todos los sábados sin falta, cultivadores de los cinco corregimientos de Medellín abren sus toldos para ofrecer a la comunidad cosechas frescas en los Mercados Campesinos organizados por la Alcaldía.
Casas que sobreviven
Hoy solo quedan cuatro casas entejadas alrededor del parque de La Floresta. La gran mayoría han sido remplazadas por edificios. Según Posada, algunos superan incluso los 15 pisos.
“Por eso a veces es que se revientan las tuberías, son estructuras que no estaban preparadas para tantas personas”, comenta Jesús. Se estima que habrían más de 12.000 habitantes en las 19 manzanas que conforman el barrio.
Jesús Pulgarín y Darío Naranjo, al igual que Jesús Emilio Echeverri, se resisten a abandonar