HISTORIA RUSA PARA PRINCIPIANTES
En este siglo XXI, Rusia ha logrado superar la crisis por la disolución de la Unión Soviética decretado en 1991, por el tratado de Balavezha, y esa será la Rusia que verán y disfrutarán quienes la visiten.
Desde hace más de 2000 años, varios caminos cruzaban el continente asiático permitiendo el intercambio de productos, conocimientos y creencias, entre Asia y Europa. La más conocida de esas rutas era la de la seda, con 8000 km de longitud, que unía a Xi’an, en China, con el Mediterráneo. De Samarcanda, una de las ciudades más florecientes en esa ruta, partía un ramal que llegaba a Astrakán, en el estuario del río Volga, en el sur de la actual Rusia.
Tras la caída del imperio romano de Occidente, los pueblos eslavos asentados en el centro y norte de Europa se dividieron en tres grupos. Los eslavos orientales, hace más de 1000 años, fundaron la ciudad de Veliky Novgorod y luego, en las riberas del río Dniéper, el primer Estado eslavo, el Rus de Kiev, en tierras de lo que hoy son Rusia, Ucrania y Bielorrusia. A los habitantes de este Rus, les correspondió por siglos luchar contra las hordas mongolas y otros pueblos túrquicos que, llegando por el camino de Samarcanda, buscaban apoderarse de Europa. De esas invasiones mongolas, la más terrible fue la comandada por el hijo de Gengis Kan, Batú Kan, en el año 1240, quien llegó hasta Viena luego de destruir el Rus de Kiev, a Polonia y a Hungría.
En territorios que hoy ocupan Rusia y Kazajistán, estos mongoles formaron un país, la Horda de Oro, que fue conquistado posteriormente por el líder turco-mongol Tamerlán (1370-1405) y tras su muerte, este territorio se dividió en los Kanatos de Astrakán, Kazán, Siberia y Crimea. Los tres primeros fueron conquistados por Iván III, príncipe de Moscú a finales de la Edad Media, y el kanato de Crimea, que había permanecido en manos tártaras, fue recuperado por Catalina II en 1783, recuperando Rusia, de esta forma, su salida al mar Negro. Se formó así el Imperio Ruso en tiempos del emperador Pedro I el Grande (1672-1725) quien además promovió los primeros avances científicos e industriales, adoptando conocimientos militares y de construcción europeos, tarea que fue continuada por la zarina alemana Catalina II (1729-1796), durante cuyo reinado florecieron en Rusia el arte, la filosofía y la medicina.
A la par que esto ocurría, el pueblo ruso empezó a asimilar las ideas de libertad y dignidad que reinaban en Europa, lo que condujo a la revolución bolchevique y al fin del Zarato. A Lenin, el nuevo amo, le siguió Stalin, quien, según Vassily Grossman, reunía en sí esas ideas revolucionarias europeas, mezcladas con todo ese pasado violento y falto de piedad de los invasores asiáticos, además de esa dureza de la vida rusa forjada en estepas y cenegales.
Stalin terminó desvirtuando todas las ideas de libertad que buscaban romper las cadenas de la esclavitud zarista y le correspondió crear, con las otras potencias vencedoras de la II Guerra Mundial, un orden mundial, bastante frágil, pues pretendía un equilibrio entre fuerzas con concepciones muy diferentes del mundo.
En 1991, el tratado de Balavezha oficializó la disolución de la Unión Soviética, hecho que sumió a Rusia en una profunda crisis y desbalanceó ese frágil equilibrio que existía desde el fin de la II Guerra Mundial. En este siglo XXI, Rusia ha logrado superar esa crisis y esa será la Rusia que verán y disfrutarán quienes la visiten