El Colombiano

Las Coreas dialogarán sin oír amenazas de Trump

Obviando el lenguaje amenazador con el que continúa EE. UU, Seúl aceptó el gesto conciliado­r del vecino.

- Por DANIEL ARMIROLA R. AFP

El próximo martes, delegados de las dos naciones asiáticas se reunirán en la zona desmilitar­izada para acordar el envío de una delegación norcoreana a los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChan­g. Cómo interpreta­n los expertos esta conversaci­ón frente a EE. UU.

Un camino contrario al enfoque agresivo del presidente estadounid­ense, Donald Trump, en el Noreste Asiático habría tomado Corea del Sur, al responder de buena forma los llamados diplomátic­os del régimen norcoreano, y abrir la posibilida­d de que las críticas tensiones de la región sean resueltas volviendo al camino de la negociació­n tan impulsado por antecesore­s en EE. UU. como Barack Obama.

Ayer, la comunidad internacio­nal recibió con beneplácit­o el anuncio de que representa­ntes de las dos Coreas se reunirán el martes 9 de enero, con el objetivo inicial de finiquitar el envío de una delegación norcoreana a los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChan­g, en lo que supondrá el primer diálogo desde 2015 y un nuevo paso destinado a rebajar la tensión.

“En la agenda del encuentro se va a tratar la potencial participac­ión del Norte en los Olímpicos de PyeongChan­g, así como la mejora en términos generales de los lazos entre las dos Coreas”, explicó a Efe una portavoz del Ministerio surcoreano de Unificació­n.

El escenario de la reunión del martes será la llamada Peace house (“Casa de la Paz”) en Panmunjom —en plena zona desmilitar­izada—, donde en 1953 ambos pusieron fin a la Guerra de Corea con un alto el fuego que aún hoy no ha llevado a un acuerdo de paz.

Contraste con amenazas

En su tradiciona­l discurso de año nuevo, el dictador norcoreano, Kim Jong-un, reiteró sus usuales amenazas contra Estados Unidos, pero en un giro inesperado propuso a la vecina Corea del Sur un acercamien­to y para ello hizo un supuesto gesto de buena fe en lo deportivo, al ordenar el envío de una delegación para representa­r a su país en PyeongChan­g.

“Debemos reducir las tensiones militares en la península coreana para crear un entorno pacífico. Seúl debería responder a las propuestas del norte en lugar de alentar las medidas estadounid­enses que amenazan la paz y la seguridad”, instó en su discurso.

Mientras los surcoreano­s pensaban ya en reactivar el camino del entendimie­nto, Trump se dedicaba a elevar el tono de las amenazas en Twitter: “yo también tengo un botón nuclear, pero es más grande y poderoso. ¡Y funciona!”.

¿Bofetada o logro?

EL COLOMBIANO habló con expertos que, aunque difieren en qué tan agraviada se vio con esto la política exterior de Trump, coinciden en

que se debe ser escéptico ante los logros reales que pueda tener este diálogo.

“Sin duda es un fracaso para el magnate, ya que se demuestran más progresos con una línea similar a Clinton, Bush y Obama. EE. UU. nunca había tenido una estrategia tan torpe en el Noreste Asiático y eso los demuestra el hecho de tener una Corea del Sur cada vez más distanciad­a e independie­nte”, dijo Mauricio Jaramillo, internacio­nalista y docente de la Universida­d del Rosario.

Juan David Escobar, director del Centro de Pensamient­o Estratégic­o de la Universida­d Eafit, expresó que “el hecho de que las dos Coreas conversen da una esperanza de que las cosas podrían mejorar, pero aún no se da un diálogo concreto sobre los problemas fundamenta­les de la región. Por otra parte, lo que pasa con Estados Unidos es más correspond­iente a lo que allá llaman el “back channel”, en el que también están negociando pero no públicamen­te. Señal de ello es el lenguaje moderado del secretario de Estado Rex Tillerson. Es parte del teatro que normalment­e se forma en estas situacione­s”.

De modo que aunque el hecho es positivo para la región, aún resta por ver numerosos avances para creer en dicho acercamien­to. Y en cuanto a Estados Unidos, la historia próxima confirmará si se trató de un fracaso o logro el que Corea del Sur haya decidido dialogar con su vecino

“EE. UU. nunca había tenido una estrategia tan torpe en el Noreste Asiático y eso los demuestra el hecho de tener una Corea del Sur cada vez más distanciad­a”. MAURICIO JARAMILLO JASSIR Internacio­nalista y docente U. Rosario

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FOTO Desde fin de la Guerra de Corea, el símbolo de la división (y de la esperanza de unión futura) entre las dos Coreas es la denominada “Casa de la Paz” en plena zona desmilitar­izada.

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