SOAT E IMPUESTOS PARA LAS MOTOS: EQUILIBRIO ENTRE DERECHOS Y DEBERES
Esta semana hubo protestas de motociclistas en varias ciudades del país, descontentos por el incremento del 10,2 % en el Soat, el alza en la tarifa de la revisión técnico-mecánica obligatoria, y el impuesto al consumo del 8 % para motos de más de 200 centímetros cúbicos. Los motociclistas que se manifestaron argumentan que esos vehículos no son un lujo sino el medio de transporte más idóneo y expedito para miles de personas de bajos recursos. Es comprensible la inconformidad, pero para hacer un juicio objetivo es forzoso acudir a los datos.
Según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, en cerca de 83 % de los accidentes de tránsito hay al menos un motocliclista involucrado. De 6.479 muertos por accidentes de tránsito en 2017 (hasta el 2 de diciembre), casi el 50 % están relacionados con motocicletas. En las ciudades, los malos modos de conducción de los “motonetos” es casi un problema de orden público; el irrespeto a las normas de tránsito es generalizado y continuo. Según el gremio de los aseguradores, el pago anual por atención de accidentes de motos es del orden de $ 1,3 billones.
En 2017, siete de cada diez vehículos registrados en el país fueron motos. Que, entre otras cosas, no pagan peajes, sin que haya realmente justificación para tal exención.
Los motociclistas tienen derechos que hay que respetar, pero también deberes, y esta conciencia de los deberes hay que enseñarla y recuperarla