LA CRISIS DEL SISTEMA CTI EN COLOMBIA
La semana pasada fue declarado insubsistente el director de Colciencias, César Ocampo, ingeniero aeroespacial, Phd en Astrodinámica, una persona con una hoja de vida, académica e investigativa de lujo, quien no alcanzó a estar en el cargo ni un año. No es del caso entrar en los detalles de por qué fue declarado insubsistente. Menos, entrar a decir quién tuvo la razón, si el Dr. Ocampo o el Gobierno. Considero que el mal momento por el que pasa la CTi en Colombia no se puede circunscribir a este suceso. Mucho menos cuando llevamos nueve directores encargados y en propiedad en casi ocho años del presidente Santos en el poder. Algo no solo lamentable sino vergonzoso, máxime cuando una de las premisas más importantes de la CTi es tener consistencia y largo plazo en las políticas y ojalá en las personas. La aspiración del Dr. Ocampo, me enteré, era estar en el cargo más de cuatro años para cambiar de manera sustancial la planeación estratégica orientando fuertemente el plan a las áreas de interés de su profesión.
La realidad es que Colciencias es una institución que todos los que estamos en el sistema queremos pero, más que eso, exigimos que retome su fuerza y rumbo. Deseo que contrasta con la realidad padecida durante el gobierno Santos. Solo basta con ver su presupuesto para entender la importancia que se le dio. En política, el cariño por los temas se refleja en el presupuesto. Pero incluso, más allá del presupuesto, el problema de nuestro sistema es que no tenemos un norte definido que nos guíe. Esto es, una ruta que aglutine e inspire al ecosistema de CTi nacional. Nos ha faltado voluntad política para mejorar la inversión en todo el sistema y, sobre todo, de- cisión para que Colciencias tenga una reingeniería total, que no es más que darle los dientes suficientes para que sea el verdadero guía del sistema. Basta con mirar los presupuestos que hay en los diferentes ministerios y entidades del gobierno nacional que hoy realizan actividades y proyectos CTi para entender la desarticulación tan brutal que tiene el sistema.
Si Colciencias quiere reinventarse necesita un gerente y estratega, que pueda tener el tiempo y el apoyo suficiente para llevar a cabo sus planteamientos, y valga la pena decirlo no tiene que ser necesariamente un científico. Colciencias, en su día a día, maneja convocatorias, ejecuta presupuestos y debe hacer seguimiento a una estrategia que es ejecutada por las personas más idóneas para ello. La llegada de
Alejandro Olaya a la Dirección es un acierto, lástima que no alcanzará a darle el direccionamiento que clama la comunidad CTi del país porque en seis meses tendremos nuevo presidente y la historia empezará de nuevo a reescribirse.
PD: Considero de la mayor importancia para la competitividad de Colombia que en el marco de las candidaturas presidenciales se dé un debate enfocado al futuro de la política CTi. La comunidad unida lo debe reclamar y que esta sea la oportunidad para comprometer con el tema a los candidatos y al próximo presidente. No se puede concebir un presidente hablando de competitividad y de espaldas al ecosistema de innovación, necesitamos un presidente que de verdad se tome este tema en serio