Petróleo, a gestionar el alza
Aunque el acelerado incremento de la cotización internacional del petróleo parece ser un fenómeno coyuntural, tiene diversos efectos en la economía colombiana. Se debe evitar repetir la calamitosa experiencia del pasado auge.
En lo corrido del presente año el precio del petróleo en los mercados internacionales ha presentado tendencia al alza al punto que superó los 70 dólares por barril, algo que meses atrás no parecía posible.
Vale la pena recordar que hace dos años los precios de referencia de Londres llegaron a mínimos históricos cuando el barril del crudo se cotizó en aproximadamente 29 dólares. En ese momento en el mercado mundial se presentaba una sobreoferta presionada por la producción petrolera de Estados Unidos.
Ahora la situación es la contraria, pues en el mercado se tiene una coyuntura que hace que el nivel de oferta global no alcance a satisfacer las necesidades de consumo del momento.
Según los expertos, en las últimas semanas han confluido varios hechos que afectan la oferta y la demanda de petróleo a nivel global.
Entre ellos se encuentran la caída de los inventarios de crudo en Estados Unidos, el incremento del consumo del mismo en los países del hemisferio norte producto de una temporada invernal más fuerte de lo corriente y la rati- ficación del recorte de producción del crudo por parte de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
Aunque algunos especialistas creen que el crudo puede alcanzar precios cercanos a los 80 dólares, el consenso indica que en lo corrido del primer semestre la cotización no pasará de 75 dólares y que, en el segundo semestre, deberá ocurrir un nuevo reacomodo en el mercado que lleve el precio a niveles alrededor de los 60-65 dólares el barril.
De la mano del incremento del precio del petróleo y como el efecto económico más visible e inmediato en Colombia, se registró la caída del precio del dólar.
Mientras que al final de 2017 los analistas destacaban la estabilidad de la tasa de cambio, a comienzos del presente año comenzó la caída progresiva de la misma llegando a niveles por debajo de los 2.850 pesos por dólar, los que no se observaban desde mediados de 2015.
Esta tendencia a la baja en el dólar se vio reforzada por el debilitamiento de la moneda estadounidense a nivel global, resultado del buen momento por el que pasa la economía de Estados Unidos.
Por tal motivo, la reciente revaluación del peso no es un fenómeno exclusivo de Colombia. Otras naciones latinoamericanas (como Chile, Perú, Brasil y México) también se han visto afectadas.
Al considerar las consecuencias económicas del aumento en la cotización internacional del petróleo, un primer efecto seguramente será el alza en el precio interno de la gasolina pues este es un parámetro importante en la fórmula establecida para su cálculo.
De otra parte, el Gobierno y Ecopetrol se verán favorecidos en sus ingresos. Indudablemente, ello ayudará a mejorar la situación fiscal del país.
De igual manera, la industria petrolera nacional mejorará su situación financiera lo que deberá reflejarse en la dinamización de sus actividades de explotación y exploración. Con ello se deberán crear las bases para la recuperación competitiva de la producción nacional del crudo, la cual ha decrecido en los últimos años.
Finalmente, el país deberá evitar, hacia delante, el daño que para el aparato productivo representó el pasado auge petrolero