HAY UNA PALPABLE REACTIVACIÓN DE LA INDUSTRIA PETROLERA, PERO HAY PELIGROS
La industria petrolera y por ende la economía mundial recibieron un duro golpe con la caída de los precios en enero de 2016. Desde noviembre de ese año empezó una lenta recuperación cuando la Opep cambió su estrategia y recortó la producción en 1,8 millones de barriles diarios para tratar de detener la caída de los precios. Así lograron que el precio poco a poco subiera, alza que se ha visto más en las últimas semanas, al cotizarse por encima de los US$60, precio que no se veía desde 2005.
En Colombia, a consecuencia de la baja de los precios del crudo, la inversión y la actividad exploratoria se vinieron abajo. Pero se augura que este sea el año de la recuperación. Resulta estimulante registrar que el número de taladros de la actividad exploratoria ha aumentado sensiblemente. Ya son 111 equipos, 70 equipos más que en octubre de 2016.
Según estimativos de la Asociación Colombiana de Petróleos y Ecopetrol, en el país hay un potencial nuevo de entre 3.000 y 5.000 millones de barri- les, con lo cual se podría ampliar el horizonte de la autosuficiencia entre 8 y 12 años.
Para seguir avante en el propósito de aprovechar el cuarto de hora que le queda al petróleo se tendrán que superar dos escollos que tienen a la actividad extractiva en ascuas: la inseguridad jurídica y la conflictividad social