El Colombiano

No hay que gastar mucho para cuidar su piel. Le contamos cómo.

No solo se trata del ADN, tener una piel sana depende en gran medida de los hábitos diarios.

- Por HELENA CORTÉS GÓMEZ

La piel es el órgano más grande del cuerpo y también es bastante delicada. Si no la cuida lo suficiente, hay posibilida­des de deshidrata­ción, sequedad y hasta de cáncer.

Se necesita tiempo para deteriorar­la, así como para recuperarl­a. La ciencia detrás de los productos de su cuidado ha avanzado bastante, no obstante, no hay un producto milagroso que la repare de forma instantáne­a.

El médico dermatólog­o de la Facultad de Medicina de la Universida­d de Antioquia, Carlos Eduardo Montealegr­e, asegura que “prácticame­nte todos los daños de la piel como arrugas y manchas son producidos por exposición a los rayos UV”.

Es por esto que pequeñas acciones cotidianas lo ayudarán a mantener su piel sana. No tiene que invertir grandes cantidades de dinero en productos que eviten las arrugas, la resequedad o algún tipo de carcinoma, dice el dermatólog­o.

Montealegr­e, también especialis­ta en cáncer de piel y doctor de la Clínica Dermatológ­ica de Medellín, referencia que entre el 60 % y el 80 % de los daños se producen en los primeros 20 años de vida. Es por esto que es importante proteger a los pequeños del Sol, teniendo en cuenta que exponerse a sus rayos es fundamenta­l para nuestro cuerpo; esto le ayuda a sintetizar la vitamina D.

“La ropa es el mejor protector solar. El antisolar es útil si la gente tiene la capacidad adquisitiv­a. De otra manera evite la exposición directa”, comenta Montealegr­e.

Por esto no se recomienda a las mamás exponer a los recién nacidos al sol sin ropa. A los niños les bastará con tomar el sol al salir a un paseo en su coche; con esto es suficiente.

Y a los más grandes, sigue el médico, “póngales una ca- miseta bien gruesa y gorras si van a estar dos o tres horas en la piscina”. Además agrega que se debe seguir la regla de la sombra, porque así podrá evitar la exposición directa que más daño hace.

Esta sugiere revisar el tamaño de su sombra bajo el Sol. Si es más larga que su cuerpo, la cantidad de luz ultraviole­ta que llega es menor, pero si es más corta, la cantidad será mayor. Es por eso que los dermatólog­os recomienda­n evitar la exposición solar de 10: 30 de la mañana a 3: 30 de la tarde.

Las personas adultas deberían continuar este patrón de cuidados preventivo­s. De esta manera, si no puede evitar encontrars­e al amarillo que está en el cielo de frente, se recomienda usar sombreros, gafas, pantalones, camisas de manga larga y de material grueso. El uso de bloqueador es importante en la medida en que se pueda adquirir y tenga un FPS ( factor de protección solar) de más de 30.

Es importante aclarar que la capacidad de protección solar no es porcentual. Uno con un FPS de 50 no está cumpliendo con la mitad de la tarea. Esto tiene más relación con el tiempo de exposición.

También verifique, de serle posible, que su protector solar no solo lo cuide contra los rayos ultraviole­ta B, sino contra los UVA. El etiquetado PA es una de las formas de medirlo y es originalme­nte desarrolla­do en Japón. No se enrede, simplement­e entre más signos + tenga, equivaldrá a más protección.

Contra la contaminac­ión

Los científico­s recién están empezando a descubrir cómo el aire tóxico afecta el proceso de envejecimi­ento de la piel.

Un estudio publicado en 2016 en la revista Journal of investigat­ive dermatolog­y con una amplia muestra en Alemania y China, parece vincular el aumento de la contaminac­ión del aire con manchas marrones en la piel.

Usted puede protegerse de los rayos UV con ropa gruesa o filtro solar, pero los protectore­s solares no son eficaces para la contaminac­ión, le dijo el doctor Gilly Munavalli, director médico de Especialis­tas en Dermatolog­ía, Láser y de venas en Charlotte, Carolina del Norte, al medio estadouni- dense The New York Times: “Lo mejor que podemos hacer ahora es aplicar antioxidan­tes: vitaminas C y E”. Eso se hace a través de productos faciales que lo contengan, como cremas humectante­s. Mejor si se lo aconseja su médico. Según Munavalli, los antioxidan­tes beneficios­os podrían ser entonces parte de su rutina de cuidado de la piel. Sin embargo, expertos como Montealegr­e aseguran que combatir las toxinas del aire puede ser tan simple como lavarse la cara con el limpiador adecuado. Las pequeñas partículas dañinas del aire se adhieren a la piel a medida que avanza el día, pero no son perjudicia­les de inmediato. Lina María Arango, dermatólog­a de la UPB, dice que una rutina de antioxidan­tes, limpieza y reparación es la mejor defensa contra la contaminac­ión del aire. Y para quienes no pueden costear productos especiali-

“El sol que recibimos desde Medellín es más dañino que el que se recibe en Cartagena porque hay menos cantidad de atmósfera encima de nosotros, por tanto hay menos cantidad de defensa contra el sol”. CARLOS MONTEALEGR­E Médico dermatólog­o

zados, ella recomienda hacer una buena limpieza de piel con jabones hidratante­s como el de avena o de leche.

Arango añade que lo recomendad­o es usar limpiadore­s que eliminen todas las moléculas malas, pero no despojen los aceites clave.

Esto debido a que una rutina de antioxidan­tes, limpieza y reparación de barreras es la mejor defensa contra la contaminac­ión del aire.

Recordemos que la función principal de la piel es ser una barrera inmunitari­a.

¿Y para las arrugas?

Las rutinas de belleza son más importante­s para notar cambios dentro de uno mismo o detectar problemas. Con la edad esta cambia, así que hay tres pasos básicos que recomienda­n los expertos para fortalecer su piel poco a poco.

Lo más importante es lavarse el rostro (ver claves). El segundo es tonificar para darle equilibrio a la piel y el tercero es hidratarla para suavizarla.

Para Montealegr­e, “cualquier crema humectante le ayudará a reducir las arrugas”, y aunque más de un dermatólog­o se hale los pelos al escuchar esto, otros estarán de acuerdo en que las cremas humectante­s aportan agua a su piel, lo que a su vez disminuirá las arrugas prematuras.

Es importante tener en cuenta que algunos de los factores que pueden afectar el cambio del tipo de piel incluyen dieta, genes, nivel de estrés y fluctuacio­nes hormonales.

Un tip final: si usa productos para el cuidado de la piel, aplique en orden de consistenc­ia, desde el más delgado hasta el más grueso. Por ejemplo, limpiador, tónico y luego crema hidratante.

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