El Colombiano

TRUMP Y SUS “PAÍSES DE MIERDA”

- Por JORGE RAMOS redaccion@elcolombia­no.com.co

El último comentario racista del presidente Donald Trump no me sorprende. Pero lo que sí me sorprende es que tanta gente se haya tardado tanto tiempo en entender que el ocupante de la Casa Blanca tiene ideas racistas.

El racismo es creer que una raza o grupo étnico es superior a otro. Y eso es exactament­e lo que dijo Trump en la Casa Blanca el jueves pasado en una reunión con seis con- gresistas. “¿Por qué tenemos aquí a tanta gente de países de mierda?” dijo Trump, según el reporte original del diario The Washington Post.

El presidente y los congresist­as discutían una propuesta para dar visas o protección migratoria a inmigrante­s de Haiti y de Africa.

Eso no es todo. Luego dijo: “¿Por qué queremos tener aquí a gente de Haití?” y sugirió, en cambio, que sería mejor traer a gente de Noruega. Esto es suficiente para entender los prejuicios del presidente de los Estados Unidos. Su visión, claramente expresada en la Oficina Oval, favorece a los inmigrante­s blancos europeos frente a los descendien­tes de África.

Esa es precisamen­te la definición de racismo.

Al día siguiente de hacer estos comentario­s, Trump en Twitter negó haberlos dicho. Pero el presidente ha perdido mucha credibilid­ad. El Washington Post tiene una lista de las 1.950 mentiras o falsedades que ha dicho en sus primeros 347 días en la Casa Blanca. Y ahora hay que sumar otra mentira más.

En esa reunión con el presidente había, al menos, otras seis personas. El senador Demócrata, Dick Durbin, quien estuvo presente, confirmó a la prensa lo que dijo Trump. “En la historia de la Casa Blanca y de la Oficina Oval, ningún presidente había dicho las palabras que yo escuché”, aseguró Durbin. “Dijo cosas llenas de odio y las dijo repetidame­nte”.

Pero esta no es la primera vez en que Trump hace comentario­s racistas. Su campaña electoral comenzó en junio de 2015 con un brutal comentario racista. Trump dijo que los inmigrante­s mexicanos eran “violadores”, criminales y narcotrafi­cantes. Muchos de nosotros, en la prensa hispana de Estados Unidos y en América Latina, denunciamo­s los comentario­s de Trump. Pero mucha gente no nos quiso hacer caso. Creían que éramos demasiado sensibles a las groseras declaracio­nes de un candidato presidenci­al, y que no era suficiente un solo comentario negativo para acusar a un político de racismo.

Hoy sabemos que sí teníamos razón. Los comentario­s de Trump en el verano de 2015 fueron tan racistas como los que acaba de hacer en 2018. Esas expresione­s llenas de racismo, antes de Trump, hubieran descalific­ado a cualquier candidato presidenci­al. Pero entonces no nos pusieron suficiente aten- ción, y hoy es demasiado tarde porque Trump ya es presidente.

Eso no es todo. Hay más ejemplos de racismo. Trump durante años cuestionó que

Barack Obama, el primer presidente afroameric­ano en la historia, hubiera nacido en Estados Unidos. También dudó públicamen­te del trabajo que estaba haciendo el juez Gon

zalo Curiel, solo porque sus padres nacieron en México. Y durante la campaña electoral propuso que no se le permitiera entrar a los musulmanes al país. Son, todas, expresione­s cargadas de prejuicios raciales y estereotip­os.

A pesar de los varios comentario­s racistas de Trump, 63 millones de estadounid­enses votaron por él. Y eso es muy preocupant­e. Si el propio presidente, desde la Casa Blanca, se expresa con términos racistas, eso abre la puerta a que algunos de sus votantes hagan lo mismo.

Su comportami­ento es un mal ejemplo para cualquier niño. ¿Se imaginan el riesgo y el bullyingal a que se exponen niños haitianos y africanos que van a escuelas estadounid­enses? En noticieros de todo el país hubo la siguiente advertenci­a: No dejen que sus hijos escuchen lo que dijo el presidente. Y las redes sociales, tristement­e, están repletas de insultos y amenazas contra inmigrante­s de todas partes del mundo.

Trump tiene la habilidad de sacar lo peor de nosotros. Las palabras de Trump siempre promoviero­n la división. Pero lo más triste es no haberlo descalific­ado a tiempo. ¿Es Trump un racista? Yo no sé lo que hay dentro de su cabeza pero sí sé lo que sale de su boca. Y nos está llevando a un lugar muy oscuro en la historia moderna de Estados Unidos

A pesar de los comentario­s racistas de Trump, 63 millones votaron por él. Eso es muy preocupant­e. Si el propio presidente se expresa en esos términos, abre la puerta a que sus votantes hagan lo mismo.

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