5 compañías comparten sus logros sostenibles
Es su balance 2017. Atrás quedó la responsabilidad social empresarial y ahora es la apuesta de largo plazo.
Después de un año difícil por el lento crecimiento de la economía, falta de normas en algunos temas sostenibles, así como lo complicado para llegar con programas sólidos a lugares alejados del país, cinco compañías de origen antioqueño enfrentaron estos desafíos y lograron balances positivos en 2017.
Cementos Argos, Bancolombia, Celsia, Grupo Nutresa, y Grupo Éxito dan cuenta de los principales resultados en su apuesta por la sostenibilidad. Sin embargo, no todo es color de rosa en esa transformación, coherente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible trazados por Colombia al 2030 y que incluye actividades para reducir la pobreza, fortalecer el desarrollo económico incluyente, cuidado del medio ambiente y cambio climático, entre otros
“Uno de los desafíos aún pendientes es permear la cultura de las organizaciones, crear consciencia en cada uno de los niveles jerárquicos, para que todos los empleados vivan la cultura de sostenibilidad y no solo un grupo específico directivo”, comentó Alejandro Zapata, director de Portafolio Verde y líder de la comunidad Ciclo7.
Precisamente esta iniciativa (Ciclo7), con presencia en 22 países, reúne a 700 organizaciones que trabajan por la sostenibilidad y espera terminar 2018 con más de 1.000 aliados. “La idea es que más empresas se sumen a esta iniciativa que se concentra en brindar herramientas pedagógicas en el tema a las empresas, trabajando de la mano con las áreas de talento humano de cada organización”, agregó Zapata.
Pero más allá de esta iniciativa, las cinco compañías mencionadas tienen clara su estrategia de largo plazo para crecer en el mercado, retribuyendo en parte los beneficios a la misma sociedad. Por eso presentan a EL COLOMBIANO sus principales logros obtenidos el año anterior (ver casos).
Diferencias
No obstante, primero es importante aclarar que existe confusión entre la estrategia sostenible de una empresa y la actividad social que ejecuta su fundación. La diferencia es que la primera se refiere a la forma como se piensa el crecimiento de la compañía en el largo plazo, manteniendo estándares sólidos, de relacionamiento con sus grupos de interés, de cómo contribuir para frenar el cambio climático, o alcanzar los objetivos de paz que tiene el país, por ejemplo.
La segunda es el vehículo social que utilizan las organizaciones para concretar proyectos específicos con las comunidades. De ahí que se trascienda ahora la simple responsabilidad social y se apueste por la transformación sostenible