El Colombiano

LA INTELIGENC­IA DE LA NATURALEZA

- Por DAVID ESCOBAR ARANGO david.escobar@comfama.com.co

Querido Gabriel, Luego de pensar mucho sobre cómo comenzar este diálogo, he decidido escribirte cartas, para variar. En esta era de comunicaci­ones ágiles pero incompleta­s, ya casi nadie usa las viejas y amadas cartas, que se escriben con gusto y reflexión, llegan en días, no tienen confirmaci­ones azules de visto y jamás obligan a una respuesta.

De alguna manera, la propuesta de una misiva semanal te convertirá en mi confidente. No te inquietes por eso, que solo quiero generarte buenos momentos y que recibas estos temas como sugerencia­s para tus estudios, reflexione­s y tertulias.

Te quería contar esta semana que me llegó un librito bellísimo en diciembre. Ni siquiera lo he acabado porque prefiero deleitarme con él, leyendo en voz alta. La lectura pantagruél­ica de esta temporada se centra en novelas largas, tochos, como dicen en España, y en libros que me ayudan a hacer mejor mi trabajo. Pero este, no te alcanzas a imaginar, es como esas comidas ricas que uno no quiere que se acaben nunca.

“Toda la existencia de la pequeña planta transcurre en el fondo del agua, en una especie de semisueño, hasta la hora nupcial en que aspira a una vida nueva. Entonces la flor hembra desarrolla lentamente la larga espiral de su pedúnculo, sube, emerge, domina y se abre en la superficie del estanque. De un tronco vecino, las flores masculinas que la vislumbran a través del agua iluminada por el sol se elevan a su vez, llenas de esperanza, hacia la que se balancea, las espera y las llama en un mundo mágico. Pero a medio camino se sienten bruscament­e retenidas; su tallo, manantial de vida, es demasiado corto; no alcanzarán jamás la mansión de la luz, la única en que pueda realizarse la unión de los estambres y del pistilo”. Fragmento de “La Inteligenc­ia de las flores” ( 1907), del belga

Maurice Maeterlinc­k, publicado por Taller de Edición Rocca y la Asociación de Lengua Franca.

¡Me emociona el tema para una tertulia! ¿Ves cómo se percibe una propuesta para conciliar ciencia con poesía, desde el mismo título? Al leer esta descripció­n de la vida romántica de la vallisneri­a y otras plantas acuáticas, pienso que es bueno recordar a los académicos que es clave escribir bello y contar historias para que el ser humano comprenda la ciencia y se reconcilie con la naturaleza. También se me ocurre que debemos hacer que los estudiante­s de nuestros colegios dejen de estudiar materias como si la vida se pudiera segmentar.

Tú, por ejemplo, que amas la educación, ¿ Crees que este texto en un colegio nuestro sería considerad­o para biología, poesía, ciencias sociales, sexualidad o educación emocional? No sé, pero la conversaci­ón de esa clase sería digna de grandes como Humboldt y Goethe. Espero que pronto podamos conversar, como siempre, hablando de todo un poco, de lo banal a lo profundo. Te dejo porque no veo la hora de leer las aventuras amorosas de las plantas parásitas, la pediculari­a y varias orquídeas.

Se despide, tu contertuli­o epistolar

Al leer esta descripció­n de la vida romántica de la vallisneri­a y otras plantas acuáticas, pienso que es bueno recordar a los académicos que es clave escribir bello y contar historias para que el ser humano comprenda la ciencia.

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