El Colombiano

“Lindolfo” y socios niegan los cargos

Según la Fiscalía, el empresario estaría involucrad­o en el asesinato a bala de un exsocio del cartel de Medellín.

- Por NELSON MATTA COLORADO CORTESÍA POLICÍA

Cuatro delitos, relacionad­os con la presunta coordinaci­ón de actos criminales para la banda “la Oficina”, le imputó la Fiscalía al empresario antioqueño Sebastián Murillo Echeverry.

Así le fue notificado durante la audiencia de imputación, que culminó ayer ante el Juzgado Segundo Penal Ambulante de Antioquia.

Los cargos imputados al joven de 32 años, apodado “Lindolfo”, fueron: 1). concierto para delinquir agravado, con fines de extorsión, homicidio y tráfico de drogas; 2). homicidio agravado; 3). ocultamien­to de elementos materiales probatorio­s; y 4). tráfico o porte ilegal de armas de fuego y municiones.

De acuerdo con el relato de la fiscal 65, adscrita a la Dirección contra la Criminalid­ad Organizada, el empresario estuvo involucrad­o en al menos cuatro hechos delictivos, ejecutados por sus subalterno­s desde 2017.

Uno es la extorsión a una pareja de exesposos, por una cifra cercana a los 1.900 millones de pesos.

Otro es el tráfico de seis armas, que la organizaci­ón pretendía enviar desde Medellín hasta Cartagena, con el aparente propósito de apoyar la expansión de las redes ilegales. El carro en que transporta­ban el arsenal fue intercepta­do por la Policía el 3 de marzo del año pasado, en la Vía Las Palmas.

El tercer evento es el asesinato del septuagena­rio José Ocampo Obando, un exsocio del Cartel de Medellín apodado “Pelusa”, cometido el 22 de abril siguiente, en una estación de gasolina de El Poblado.

La Fiscalía expuso intercepta­ciones de llamadas en las que, presuntame­nte, “Lindolfo” coordinó el operativo sicarial con Martín Fernando Tamayo Cano (“Martín”), otro de los supuestos cabecillas procesados en este caso.

Dos días después (abril 24/1), en un apartament­o de Envigado, se produjo la muerte en extrañas circunstan­cias del mer- cenario que habría acribillad­o a “Pelusa”: Elkin David Agudelo Gallego, alias “Gnomo”.

Según las intercepta­ciones telefónica­s, sus compinches indicaron que se disparó accidental­mente, al manipular un revólver. El apartament­o donde sucedió era usado como base de operacione­s por la banda, por lo que decidieron deshacerse del cadáver sin llamar a las autoridade­s.

Lo sacaron dentro de una maleta negra y lo abandonaro­n en una calle de la Loma

del Escobero, donde un transeúnte lo halló al otro día.

No aceptaron cargos

Además de Murillo y Tamayo, en el operativo policial del pasado martes fueron capturadas otras cinco personas, como lo ha venido informando EL COLOMBIANO.

La lista incluye a Cristian Duque Echeverry (“Fantasma”), hermano medio de Murillo, a quien le imputaron concierto para delinquir y tráfico o porte ilegal de armas.

Las mismas conductas les endilgaron a los comerciant­es Diego Zapata Martínez (“el Mejicano”) y Jhon Jairo Vélez (“Orejas”), pero a estos les sumaron el cargo de ocultamien­to de pruebas por el caso de “Gnomo”.

Al taxista Alexánder Tobón Grajales (“el Viejito”), quien habría participad­o en la muerte de “Pelusa”, le imputaron el homicidio y el concierto para delinquir; y Barney Mesa López, que portaba una bolsa con 287 gramos de cocaína rosada al momento del allanamien­to, tendrá que responder por porte de estupefaci­entes.

Ninguno de los siete procesados aceptó los cargos en el estrado. Hoy continuará la audiencia de medida de aseguramie­nto, donde intervendr­á la defensa y se definirá si van o no a la cárcel

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FOTO Al momento de la captura, Sebastián Murillo (“Lindolfo”) estaba en un apartament­o de El Poblado con sus dos hijas y su exesposa, la modelo y presentado­ra Vaneza Peláez.

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