Librerías, real emblema de la democratización del libro
“En el tomo II de la Historia de Medellín, publicado por Suramericana en 1996, don Rafael Vega, propietario de la librería Continental, hizo un recuento de las librerías de Medellín desde comienzos del siglo XX y termina su artículo así: ‘Entre las fundadas en años recientes (…) está (…) Al Pie de la Letra’ (pág. 715). Este año cumpliremos 25 de funcionamiento y ya sin la compañía de la Continental, la Científica, la América y otras que han debido cerrar. Desde hace cerca de doce años realizamos una tertulia literaria el último viernes de mes, de 6:30 a 8:30 de la noche, con una programación establecida y publicada en la página web desde comienzos del año; en la actualidad alternamos su realización, una vez en la sede del Museo de Arte Moderno y la otra en Suramericana. Y no queremos hablar de los tantos problemas que tienen las librerías, sino enfatizar en que estas juegan un papel muy importante en la promoción de la lectura y que son espacios que cumplen una función cultural muy importante en la difusión y fomento del libro. Las librerías son el real emblema de la democratización del libro: allí esperan desde el best seller para pasar el rato, hasta el tesoro buscado afanosamente y sorpresivamente hallado. Propician encuentros entre lectores, empujan las fronteras de la imaginación de los niños que apenas las descubren, crean cortocircuitos de discusión, disenso y diálogo entre autores, ideas y lectores”. *** Gloria Melo manifiesta su preocupación, así como la de varios libreros de la ciudad, por la apertura de la librería de la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica, FCE, en la Biblioteca Pública Piloto. “Siempre se ha tenido claro —dice Gloria— que las editoriales se dedicaban a producir los libros y las librerías, a venderlos”. La inquietud está en que el gigante mexicano tendrá la oferta de sus títulos, que es muy amplia y tal vez pueda hacer descuentos que los libreros independientes no estén en capacidad de hacer. Conociendo la librería del FCE en Bogotá, que no solamente ofrece los libros que ella publica, sino de otras editoriales, la preocupación es mayor.