Asociación de reciclaje se interesa por dignificar esta labor social
La Asociación de Recicladores de Antioquia es una cooperativa que cuenta con 122 afiliados, con quienes realiza un trabajo de formalización e inclusión, además de lograr para ellos el pago mensual efectivo por el servicio de aseo.
Se parte de la base de que el 30 % de los recicladores ni siquiera tiene cédula de ciudadanía. “Lo primero que hacemos es que vuelvan a tener su cédula o la saquen por primera vez. Hecho eso seguimos un paso más y los conectamos con Banco Caja Social para que los asociados abran sus cuentas de ahorro, les enseñamos a manejar sus cuentas y a proyectarse”, comentó Orlando Arenas, director de la asociación.
Salud y educación son importantes para los asociados pero primero se formalizan. Si se parte de la base de que en Antioquia hay 3.000 recicladores, pero solo 300 son formalizados y a quienes se les ha venido haciendo el pago efectivo por el servicio de aseo.
En Bogotá, Medellín y Pasto ya se paga la tarifa por el servicio de reciclaje, esto porque la Asociación Nacional de Recicladores, con 30 años de trabajo, hizo la labor para que se reconociera al recuperador como prestador de servicio básico de aseo y con derecho a cobrar la tarifa.
“Este trabajo lo hicieron 85 cooperativas, entre las que se destacan personas naturales y jurídicas. Pero, los organismos de este tipo debemos organizarnos, formalizarnos como prestadores de servicio de aseo y además, cumplir con todos los requisitos exigidos”, resaltó el dirigente.
La cooperativa ha pagado tarifas de 104.000 pesos por tonelada en promedio. “No es un subsidio, sino que es la productividad de ellos”.
Según Arenas, los recicladores no conocen una forma de asociación diferente al cooperativismo. Ellos aportan trabajo, porque dinero no lo tienen. Así funcionan las cosas.
Así mismo, trabajan conjuntamente con la Secretaría de Medio Ambiente de Medellín para realizar un trabajo social y de reconocimiento de derechos, trabajando en educación, salud, con oferta institucional para la población vulnerable y así, que los trabajadores puedan acceder.
Se calcula que un recicla- dor recibe un ingreso inferior a un salario mínimo por cuenta de la comercialización de los productos recuperados.
Otro de los problemas que tienen estas personas es que no disponen de seguridad social, normalmente tienen en promedio cuatro personas a cargo y una de ellas es anciana. “Hay alta dependencia de los recicladores y queremos que llegue la tarifa justa para que la familia pueda beneficiarse. Además, crezcan como empresario solidarios. Por eso la actividad solidaria se convierte en bastión de desarrollo para este grupo de personas”