El Colombiano

Los caídos en 3 años de Agamenón

La operación más grande contra el crimen organizado cumplió tres años cerrando espacios al Clan del Golfo.

- Por NELSON MATTA COLORADO Infografía JUAN JOSÉ RESTREPO

Un rastreo de este diario contabiliz­ó 71 policías y militares muertos en la persecució­n de la cúpula del Clan del Golfo. Una lucha que, aunque dura y riesgosa, no se detiene.

En la guerra contra el Clan del Golfo, el cartel criminal más poderoso de la última década, 71 uniformado­s han perdido la vida. Si no fuera por su sacrificio, los tentáculos de la organizaci­ón habrían alcanzado dimensione­s incontrola­bles.

El combate es impulsado desde Agamenón, la operación más grande de la historia colombiana contra el crimen organizado –según la Policía-, que cumplió tres años desde su lanzamient­o (2 de febrero de 2015).

Su objetivo es desmantela­r a una estructura narcoparam­ilitar, con cerca de 3.000 militantes, redes en 20 departamen­tos y en América, Europa y Asia. Todavía es, junto a la guerrilla del Eln, la principal amenaza para la seguridad nacional.

Para enfrentar el desafío, Agamenón fusiona los esfuerzos de la Policía, Fuerzas Militares y Fiscalía, con apoyo de agencias internacio­nales como la DEA, CIA y Europol. Según un consolidad­o oficial, la operación ha producido 1.863 capturas (1.476 del Clan) en todo el país, la incautació­n de 79.9 toneladas de cocaína y la ocupación de 789 bienes valorados en $608.146 millones.

“Lo mejor de Agamenón es la contundenc­ia con que ha llegado a los cabecillas, capturándo­los o neutralizá­ndolos; que produjo las mayores incautacio­nes de cocaína de la historia reciente; las extincione­s de dominio; y la articulaci­ón entre todas las fuerzas”, opina el general Carlos Rodríguez, comandante de la Región N°6 de Policía.

En las acciones murieron 84 integrante­s del cartel, incluyendo a cabecillas de alto nivel, como “Gavilán”, “Guagua” e “Inglaterra”. Pero en la confrontac­ión también han caído miembros de la Fuerza Pública. Y no son pocos.

Un análisis de EL COLOMBIANO, basado en informes de la Policía, Fiscalía y archivos de prensa, documentó 71 casos de uniformado­s muertos en distintas circunstan­cias relacionad­as con la lucha contra la facción. El listado completo está disponible en nuestra página de internet.

Un alto costo

De acuerdo con la investigac­ión, 67 fallecidos eran policías y cuatro militares. Teniendo en cuenta la duración de Agamenón, cada 15 días en promedio ha muerto un servidor público.

Antioquia, con 44 casos, es el departamen­to con más bajas; le

siguen Córdoba (11) y Chocó (6). Los tres conforman el eje central de acción del Clan del Golfo.

Entre los policías, 18 perecieron en desarrollo de la operación en el terreno, 17 más en la caída de un helicópter­o Black Hawk y 32 fueron asesinados en el marco de los planes pistola ordenados por los jefes de la organizaci­ón.

Las retaliacio­nes del Clan son permanente­s, sin embargo, hay tres periodos en los que los ataques se recrudecie­ron.

El 22 de marzo de 2016 fue dado de baja Jairo Durango (“Guagua”), en Medio Baudó, Chocó. Integraba el estado mayor del grupo y era el coordinado­r de sus negocios en la Costa Pacífica. La venganza no se hizo esperar: desde el día siguiente, hasta el 1 de abril de ese año, mataron seis policías y dos militares, hubo múltiples atentados y un paro armado de 48 horas.

El segundo evento se derivó de un allanamien­to a una finca de Necoclí (Antioquia), el 14 de noviembre de 2016, donde pernoctaba otro miembro del estado mayor: Aristides Meza (“el Indio”), quien logró escapar. Murió un escolta, hubo cuatro detenidos, incautació­n de informació­n valiosa y desmantela­miento de una central ilegal de comunicaci­ones. La revancha se prolongó hasta el 29 de noviembre, dejando seis policías muertos.

El tercer episodio produjo 10 homicidios de policías, entre el 2 y 29 de mayo de 2017. Fue por la muerte de Uldar Cardona (“Pablito”) y tres escoltas que lo acompañaba­n en la fiesta de cumpleaños de su niño en Arboletes, Antioquia, cuando los comandos irrumpiero­n en la finca el 2 de mayo.

“Es el sacrificio que estamos dispuestos a dar, desde que nos ponemos el uniforme, para lograr la paz de los colom-

bianos”, dice el general Rodríguez, en cuya jurisdicci­ón (Antioquia, Chocó y Córdoba) han llorado más veces a los caídos.

Lo que viene

El pasado septiembre la Casa de Nariño informó que había acercamien­tos con el Clan para pactar un acuerdo de sometimien­to a la justicia. El hecho fue confirmado en video por Dairo Úsuga (“Otoniel”), el líder de la agrupación, quien ordenó a sus hombres un cese el fuego unilateral por la temporada decembrina.

“La contundenc­ia de Agamenón los ha acorralado, al punto de pedir al Gobierno que les permita negociar y someterse. Como lo ha indicado la Policía, están desmoraliz­ados y sin plata para pagar todas sus nóminas”, señala Claudia Carrasquil­la, jefa de la Dirección de Fiscalías contra la Criminalid­ad Organizada.

El proyecto de ley que presentó el MinJustici­a para reglamenta­r el sometimien­to de grupos armados ilegales, se estancó en el Congreso. Fuentes cercanas a la situación aseveran que podría revivir mediante decretos presidenci­ales.

Mientras las autoridade­s definen qué tratamient­o jurídico le darán al grupo, Agamenón seguirá activa. En palabras del general Rodríguez, estará buscando lo único que le ha faltado desde que se creó: poner a “Otoniel” tras las rejas

 ??  ?? Este es el emblema original de la Operación Agamenón, que en principio era ejecutada por la Policía. En julio de 2017 se lanzó Agamenón II, que incorporó el apoyo de las Fuerzas Militares.
Este es el emblema original de la Operación Agamenón, que en principio era ejecutada por la Policía. En julio de 2017 se lanzó Agamenón II, que incorporó el apoyo de las Fuerzas Militares.

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