SOBRE TANTA DISFUNCIÓN
Estación Disparos, de la que se sale corriendo, agachando la cabeza, saltando por encima de los escalones y pasamanos, atravesando patios como si cayera fuego encima, oyendo sirenas y viendo el desorden de los que bajan y suben, los que lloran y gritan, sin que falte el que crea que todo es un videojuego con personajes y espacios en tercera dimensión. Y en medio de todo esto, quien dispara está poseído por los diablos, los odios acumulados, cientos de películas televisivas y catálogos de pistolas y rifles que se venden como caramelos, a más de avisos en los que se muestran guerreros triunfadores (vistos en contra-picada) que posan de superhéroes. Y así, la disfunción acumulada, los niveles descuadrados de adrenalina y váyase a saber qué más emociones marginales, hacen su carrera en una convivencia desesperada que no para de hablar de guerras y de armas, de invasiones extraterrestres y pecadores que deben ser castigados, lo que incluye a los que compiten entre sí.
Los Estados Unidos de América, como les gusta nombrarse, son una sociedad decadente (es la que más presos tiene en sus cárceles), marcada por el miedo a ser atacada, sea por fuerzas externas (los misiles norcoreanos, por ejemplo) o por terroristas internos (el enemigo oculto), por caídas financieras que destruyen el american way o invadidos por los latinoamericanos feos que se carcomen el sistema económico. Los medios hablan de esto, los juegos lo pregonan, algunos se entrenan para defenderse y los demás no paran de tomar pastillas, como muestra Woody
Allen en sus películas. O de armarse, según los filmes de Clint
Eastwood. Así que nada de lo que pasa allí es un asunto no previsto. Desde las novelas de William Faulkner y Erskine Caldwell, agregando las de Stephen King, ya todo es posible. Y en esta sociedad abrumada por el consumismo y la sospecha, por el manejo económico de los acosos (sean laborales o sexuales), la paranoia y los revivals teológicos (cientos de predicadores sacando de la Biblia lo que no hay en ella), la gente se mueve con miedo y muchos reaccionan de manera violenta. Por esto ya no son extrañas las masacres en las escuelas y estaciones, en las que se incluyen hombres de origen latino y medio oriental, blancos neo nazis y nerviosos alterados, todos provenientes de familias disfuncionales, de padres y madres loser (perdedores), mal divorciados, drogadictos o fanáticos. Nada de amor.
Acotación: El mero desarrollo económico, mediado por el consumismo exacerbado, no ha crecido ninguna sociedad. Igual que una sociedad no crece si está siendo bombardeada por información exagerada o por mentiras, por una educación que obvia las humanidades y por meros deseos. En un sitio así, muchos salen a disparar creyendo que están en una película
Los Estados Unidos son una sociedad decadente, marcada por el miedo a ser atacada, sea por fuerzas externas o por terroristas internos.