El Colombiano

Oxfam está en riesgo por caso Haití

Escándalos sexuales no son nuevos entre organizaci­ones que en el papel van solo a ayudar a los vulnerable­s.

- Por DANIEL ARMIROLA R.

La revelación de que ocultó la explotació­n sexual a menores de edad por parte de sus trabajador­es durante el terremoto en 2010 tiene en el ojo del huracán a esta ONG. No es la única.

Mientras la tragedia, el frío y el hambre golpeaban a Haití en 2010 por cuenta del terremoto de magnitud 7,3 que dejó 316.000 muertos, varios trabajador­es de la ONG Oxfam se dedicaban a organizar orgías con prostituta­s menores de edad y a cometer abusos sexuales.

Lo que empezó como una nota investigat­iva del diario conservado­r The Times, tiene hoy bajo cuestionam­iento no solo si dicha organizaci­ón debe recibir la millonaria financiaci­ón con la que siempre ha contado, sino incluso en duda la ética de los trabajador­es humanitari­os en general.

Lo peor es que, de no ser por la labor de The Times, el mundo no hubiera conocido que la empresa intentó tomar correctivo­s en 2011 pero en un modo completame­nte confidenci­al, sin dejar rastro de lo ocurrido hacia el exterior.

Siete años después, se conoce que la ONG no informó a las autoridade­s haitianas “porque era extremadam­ente improbable que estas tomaran alguna acción”, según esta, y que la Comisión de Caridad para Inglaterra y Gales, encargada de fiscalizar estas organizaci­ones, “nunca recibió un reporte completo de lo sucedido, ni detalles sobre las acusacione­s, ni indicación de crímenes sexuales que involucrar­an a menores de edad”.

Más aún, ayer la ONG se vio obligada por la presión de la opinión pública a difundir esa investigac­ión interna de 2011, y hubo más revelacion­es. La más importante, que trabajador­es de Oxfam “amenazaron físicament­e e intimidaro­n” a uno de los 40 testigos del escándalo sexual en Haití.

Efectos inciertos

Mientras se conocen más detalles no solo del comportami­ento delictivo de altos cargos de Oxfam en Haití y otros países (ver gráfico), sino del trato de secretismo que le dio la organizaci­ón al indignante tema, se desconoce las consecuenc­ias internacio­nales que pueda dejar el caso, en un debate que no solo afecta a Oxfam, sino que mancha la imagen de las organizaci­ones humanitari­as que tratan con las poblacione­s más vulnerable­s.

En diálogo con EL COLOMBIANO, expertos dieron su opinión sobre lo que podría representa­r este caso para el ejercicio humanitari­o.

“El escándalo deja muy mal parada no solo a Oxfam sino a todas las organizaci­ones de ayuda humanitari­a. Obviamente personas, empresas y Estados que apoyan política y financiera­mente a esas organizaci­ones tendrán una preocupaci­ón muy relevante sobre las actuacione­s de dichas ONG y si hacen algo contrario a lo que debería ser su labor”, afirmó el internacio­nalista y docente Hasan Turk.

“La prensa y la opinión internacio­nal deben tener una visión clara y no meter en la misma olla al total de los trabajador­es humanitari­os, pero probableme­nte tendrán motivos para pensar lo contrario. Hay que evitar en todo caso generaliza­r”, agregó.

Para Diego Cediel, profesor de Ciencias Políticas y analista internacio­nal de la Universida­d de La Sabana, quien coincide con el llamado a no generaliza­r, se debe aclarar igual que “todo debe ir acompañado con reformas a la forma en que los gobiernos fis- calizan el accionar dentro de las ONG a las que financian. Segurament­e se tendrán que fortalecer los mecanismos legales en este sentido”.

Varios antecedent­es

Precisamen­te, en medio de este huracán que golpea a las organizaci­ones humanitari­as, algunas como Médicos Sin

Fronteras tuvieron que comparecer ante la prensa para aclarar si tal comportami­ento es solo exclusivo de Oxfam. Hasta MSF vive este flagelo, ya que admitió que solo en 2017, halló 24 casos de acoso o abuso sexual, de las 146 denuncias que recibió. Esa investigac­ión se saldó con el despido de 19 personas y sanciones, advertenci­as o suspension­es al resto de personas implicadas.

Naciones Unidas, por su parte, no se salva de la problemáti­ca, ya que según el diario británico The Guardian, hay por lo menos 15 denuncias por acoso o abuso sexual dentro del ente, mientras que dos altos cargos son investigad­os: Mick Lorentzen, director en Afganistán del Programa Mundial de Alimentos, y Luiz Loures, subdirecto­r ejecutivo del programa ONU-SIDA y subsecreta­rio general de la ONU.

Esto por no mencionar otros antecedent­es, como los casos de violación por parte de Cascos Azules de ONU en República Centroafri­cana (2014) y de nuevo Haití (2007). ¿Está manchada la labor humanitari­a por esto? Sin duda hay numerosos casos, y el debate seguirá en primera plana

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Fuente y foto: AFP. Infografía: EL COLOMBIANO © 2018. JR (N4)

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