Cuidados y atenciones durante toda la vida
Hábitos responsables y saludables en la etapa infantil, resultará en un corazón protegido y vital en la adultez.
Los cuidados del corazón en la población infantil no se distancian de las atenciones que debe recibir este órgano vital a lo largo de la vida. Sin embargo, hay factores de prevención claves en esta etapa que sí podrían marcar la diferencia en su estado de salud y que impactan de manera positiva, sobre todo, fases como la juventud y la adultez.
La alimentación equilibrada, el ejercicio y el descanso se convierten en los tres pilares de su control, razón por la que padres de familia, tutores, maestros y acudientes, tienen la tarea de enseñarles a los más pequeños hábitos saludables que perduren, lo que evitaría a largo plazo la aparición de patologías cardíacas.
Un desencadenante fundamental de su mal funcionamiento radica en la obesidad y sobrepeso infantil. Un problema de salud pública del siglo XXI, que afectaba en 2016 a más 41 millones de niños menores de 5 años en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Esta población tiende a seguir siendo obesa en la adultez y tiene más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles, como diabetes y riesgos cardiovasculares. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a su prevención”, advierte la OMS.
Antes de llegar al mundo
Así mismo, las madres gestantes que usen medicamentos antidepresivos o para las convulsiones, las que tienen antecedentes familiares de cardiopatía congénita o quedaron en embarazo a través de la fertili- zación in vitro, pueden predisponer a algunas fallas.
“La mayoría de las afecciones cardiacas en los niños son congénitas, es decir que suceden durante la formación de su corazón durante las primeras nueve a trece semanas de vida en el útero. El resto de en-
fermedades que se adquieren en la edad pediátrica se dan por otros factores, como infecciones virales. En los niños obesos, por ejemplo, hay que modificar sus factores de riesgo para evitar que sean hipertensos, pues esto afecta de manera directa su corazón”, indica Margarita Zapata Sánchez, cardióloga Pediatra de la Clínica Cardio VID y docente de la Facultad Medicina de la Universidad de Antioquia.
Frente a la cardiopatía congénita, la profesional recomienda a los padres de familia asesorarse con un especialista para juntos encontrar el tratamiento más adecuado. “Lo que pasa es que hay unos daños genéticos que ocurren al azar, por lo que no hay manera de prevenirlos”.
Es aconsejable, por tanto, tener clara la historia clínica del menor, los antecedentes familiares que lo acompañan y los requerimientos médicos para cualquier caso, sin dejar de lado la práctica de hábitos saludables.
Tenga en cuenta
La incidencia en el mundo de
cardiopatías congénitas está entre cuatro y nueve casos por cada mil recién nacidos vivos.
En general, aparecen 1,5 millones de casos nuevos al año. Los principales signos de alarma que se pueden presentar desde el nacimiento hasta etapas muy avanzadas, son:
Dificultades para alimentarse desde el seno materno, así que preste atención a los hábitos alimenticios del bebé.
Infecciones de vías respiratorias, no se trata de exagerar, pero sí estar atentos a posibles dificultades para respirar de los niños.
Imposibilidad para ganar peso y talla de forma adecuada, cuide el correcto desarrollo del menor.
La cianosis (color morado en labios, debajo de las uñas), que no es un asunto normal.
Y el cansancio prematuro en las actividades cotidianas que realiza el niño