El Colombiano

ECONOMÍA AGRÍCOLA

- Por JUAN JOSÉ PERFETTI DEL CORRAL jjperfetti­2@gmail.com

Hoy, el Programa de Egresados de la Universida­d Nacional de Colombia, sede Medellín, está celebrando 50 años de creación del programa de Economía Agrícola. Con esta iniciativa, que se dio en una época en que la agricultur­a tenía una prepondera­ncia mayúscula en el desarrollo de la economía colombiana, se buscaba formar profesiona­les que le dieran al sector agropecuar­io un manejo en el que no solo se considerar­an los aspectos técnicos propios de las ciencias agropecuar­ias, sino una visión económica del mismo.

Ello debería reflejarse en una mejor gestión de las unidades de producción y los negocios agropecuar­ios, en unas políticas públicas que, además del enfoque técnico, considerar­an el económico, y en la construcci­ón de unas capacidade­s académicas e investigat­ivas que, a través del conocimien­to generado, apoyaran el desarrollo agropecuar­io y rural del país.

Desafortun­adamente, a los pocos años de creado el programa, por razones válidas, se decidió terminarlo y crear la carrera de economía. La lógica implícita era que la economía agrícola de- bería ser una especializ­ación de la economía y no una carrera.

Con el paso del tiempo, otras universida­des y facultades de economía del país (como es el caso de las universida­des de los Andes y Javeriana) abrieron especializ­aciones y maestrías relacionad­as con el sector agropecuar­io y el desarrollo rural que, por fortuna, se han fortalecid­o a través del tiempo.

Ello ha ocurrido a pesar de que tanto la agricultur­a como el sector rural han perdido importanci­a en la economía y en la vida de la nación.

No obstante, algunos de los problemas más agudos de la sociedad colombiana (como los grupos armados, la producción de cultivos ilícitos, la pobreza, etc.) tienen su origen en el campo.

De todas formas, buena parte de los recursos naturales del país (como son la tierra para usos agropecuar­ios y forestales, las fuentes de agua, los bosques y la biodiversi­dad) se encuentran asentados en los territorio­s rurales y estos recursos son fuente de vida y generación de riqueza no solo de las gentes del campo, sino de todos los colombiano­s.

De otra parte, las perspectiv­as de desarrollo de la agricultur­a mundial, fundamenta­das en el crecimient­o de la población, el mejoramien­to de los ingresos y la mayor demanda por alimentos, representa­n para dicha actividad a nivel global un enor- me reto, pues ella deberá garantizar, en todo tiempo y lugar, la capacidad de alimentar adecuadame­nte a la población.

Estas perspectiv­as, junto a los desarrollo­s recientes, le han dado un nuevo aire a la agricultur­a como actividad económica, al tiempo que han ayudado a revaluar su papel en el desarrollo de las naciones y la han puesto en la agenda pública mundial.

Ello pone de presente que el sector agropecuar­io de un país rico en recursos naturales, como lo es Colombia, debe recibir atención prioritari­a de la sociedad y del Estado.

Sin duda, un desarrollo amplio y sostenible de la base de recursos naturales renovables conllevarí­a una dinámica sin precedente­s para la agricultur­a colombiana y los territorio­s rurales. Ello haría aún más pertinente y estratégic­a la formación de profesiona­les en economía agrícola

El sector agropecuar­io de un país rico en recursos naturales, como es Colombia, debe recibir atención prioritari­a de la sociedad y el Estado.

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