Presunto líder de disidencia aún recibe beneficios de desmovilizado
Alias Cabuyo es acusado de liderar un grupo que se autodenomina disidencias del Frente 36 de Farc.
Ala cuenta bancaria de Ricardo Abel Ayala Urrego, conocido como “Cabuyo” o “Jeferson Martínez”, le entran mensualmente 703.200 pesos desde hace seis meses, y también se le hizo un pago único de dos millones como cuota de normalización, tal y como estaba acordado para todos los excombatientes de Farc tras firmarse el acuerdo de paz entre el Gobierno y ese grupo guerrillero, ahora político.
La diferencia de Ayala Urrego con la gran mayoría de exmiembros de la organización subversiva, es que fue acusado por el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, y las autoridades militares y policiales, de liderar una disidencia del frente 36 de las Farc en el norte de Antioquia, específicamente en Briceño e Ituango, donde se han registrado al menos 20 hechos delictivos, generando temor y zozobra entre el campesinado de esas poblaciones que creyeron que la guerra era cuestión del pasado.
“Yo personalmente pasé esa solicitud al Gobierno Nacional. Manifesté que en Ituango y parte de Briceño está ‘Cabuyo’ con un grupo dedicándose al narcotráfico”, dijo el mandatario regional en uno de los consejos de seguridad que lidera.
EL COLOMBIANO confirmó con la Oficina del Alto Comisionado de Paz, OACP, que “Cabuyo” hizo parte de todo el proceso de dejación de armas de las Farc y se integró a la zona veredal (ahora Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, ETCR), de La Plancha en Anorí, Antioquia.
Cómo todo desmovilizado recibió sus beneficios, incluida la amnistía, la cual no le ha podido ser notificada porque desde hace más de cinco meses abandonó (no es obligatorio permanecer allí) el ETCR ubicado en Anorí, donde actualmente se encuentran 105 excombatientes, según confirmó Ovidio Mesa Ospina, quien durante la guerra comandó el Frente 36 de las Farc (ver ayuda).
Sobre lo que pueda pasar con los beneficios para este exintegrante del antes grupo insurgente, la OACP explicó que sí se comprueba que esa persona cometió delitos después del primero de diciembre de 2016, “la justicia ordinaria es competente para realizar las actuaciones correspondientes y la Oficina no tiene competencia sobre estos casos”. Sobre los beneficios, agregó que estos los pedería el acusado en caso de comprobarse que es culpable; e incluso, hay una orden de captura emitida en su contra.
El contexto en Briceño
Entre diciembre de 2015 y mayo de 2016, cuando aún se negociaba la paz entre el Gobierno y las Farc, se presentó una disputa en Briceño entre militantes del frente 36 y miembros del Clan del Golfo (también llamados “los Urabeños”). Peleaban por el merca- do de coca y se dividieron el control territorial del municipio, donde el sur era de dominio insurgente y el norte pertenecía a “los paramilitares”.
La problemática produjo 10 asesinatos, tal cual denunció este diario. Para la Policía y el Ejército, uno de los sospechosos de la oleada de crímenes fue alias “Cabuyo”, quien en ese entonces coordinaba las acciones de desminado humanitario conjunto entre el Ejército y las Farc en la vereda Orejón.
“Si le hacemos una operación, se arma el problema por el proceso de paz”, confesó un oficial destacado en la zona, quien en aquel momento pidió la reserva de identidad.
Residentes de Briceño contaron que varias de las muertes se debían al odio que sentía “Cabuyo” por los “paramilitares” del Clan del Golfo, quienes al parecer le mataron unos familiares.
Para el año 2017, la alcaldía municipal de Briceño, por medio de su secretario de Gobierno, Eduardo Ramírez, confirmó que la cifra de homicidios llegó a 21, de los cuales, dice la Fiscalía, la mayoría fueron cometidos por el grupo de disidentes del frente 36, al mando, al parecer de “Cabuyo”.
Ya en 2018, la presencia de ese grupo armado ilegal se extendió a Ituango, donde no solo han pintado casas y calles con su nombre, también han sostenido enfrentamientos armados con el Clan del Golfo y hasta con otros reincidentes del frente 18 de las Farc que están liderados por alias Carnitas.
El general Juan Carlos Ramirez Trujillo, comandante de la Cuarta Brigada, afirmó que “todas las acciones ofensivas del Ejército están enfocadas para contrarrestar los factores de inestabilidad que hoy están presentes en esa región del departamento. A estos grupos les decimos que no van a lograr imponer territorialidad en la zona”